viernes, 29 de enero de 2010

Caer hacia arriba

Vamos mirando con demasiada frecuencia al suelo y así, con esa pose, perdemos sin darnos cuenta el mágico contacto con las estrellas. Yo ya hace demasiado tiempo que no las miro, siempre ando liado con otras cosas y anoche, no me preguntes por qué, de repente noté que las eché de menos. Me habría encantado poderme haber su subido muy alto, tumbarme perezosamente a mirarlas, jugar a reconocer de nuevo sus nombres y posiciones, reencontrar esa conexión perdida con el Universo tan mágico de mi infancia, de mi mundo en bicicleta y tortícolis de mirar hacia arriba. Intuyo que debo recuperar eso de alguna manera, haga frío o calor, da igual, pero si siento que es necesario revivir esa sensación extraña de caer hacia arriba y contemplar la inmensidad del Cosmos. Esa que me rebote mi auténtica dimensión en él. Y me la sopla si en ese estado contemplativo le da por picarme una araña en una oreja, debo volver un rato a ese mundo de juventud. Me lo pide el cuerpo, o tal vez el alma. O tal vez en el fondo ambos sean una misma cosa y me impulsen a ir cayendo, lentamente, hacia arriba…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Traspasa tú también el muro y dime...

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...