miércoles, 10 de noviembre de 2010

Igualdad viene de iguales

Dijo Marilyn Monroe:“No me importa vivir en un mundo de hombres, siempre y cuando pueda vivir en él como una mujer”. Vivir en un mundo de hombres, y continuar siendo una mujer implica, que puedes explorar tus cualidades y descollar por ti misma, por tu inteligencia, por tu capacidad, ser aceptada en el mismo plano de igualdad por los hombres, en todos los ámbitos de la vida, sin que esto signifique que por ello se te considere otro hombre en el cuerpo de una mujer, o se espere que te portes de manera masculina, porque eres competente e inteligente como pueda ser el más listo de ellos. Exactamente igual, y en eso constituye la igualdad.

Las mujeres tienen las mismas capacidades que el género masculino, mandemos a la mierda los estereotipos que confinaban a la mujer a tareas consideradas milenariamente, “femeninas”. Y por ello aunque los años 40/50, en que Monroe triunfaba en el cine interpretando los clásicos papeles de rubia tonta que los estudios le asignaban, están ya lejos, nada mejor que sentirte cómoda en tu propio cuerpo y personalidad, y al mismo tiempo satisfecha de tus logros personales y profesionales. Exactamente igual que un hombre.

Creo que lo dicho a ninguna mujer por muy curtida que esté, en los menesteres laborales y en el trato de tú a tú con los compañeros de trabajo, le molesta, al contrario, somos como somos y a uno/a le encanta ser tratada/o como lo que es. Una profesional exitosa y una mujer trabajadora que igual gusta de recibir flores en su cumpleaños, que le abran la puerta, que le den trato de mujer, y para nada que el trabajo la confine al rincón y ser tratado como un ser ambiguo que no saben como tratar, con rudeza o con amabilidad.

Lo dicho si se ha de vivir en un mundo de hombres, trabajar con muchos de ellos algunos verdaderos prehistóricos personajes, nada como sentir tu lugar como el sexo opuesto al mismo tiempo que se aceptan y valoran tus cualidades. Otra cosa podría ser susceptible de caer en el error de ser tan estrecho de mentes, de miras y de libertades como algunos (aun muchos, siempre son muchos) de los hombres que se jactan de ser los únicos que dominan y saben. Exactamente igual que un capullo. Y así vamos...



2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Desgraciadament justicia i igualtat són més que paraules, són fites. I és preocupant que el contingut de la frase de Marylin continui tenint tal vigència avui en dia. Així doncs, no queda més que continuar fent camí. Amb més opinions com la teva tot seria, si més no, menys dificultós. Així que gràcies!

    Podria escriure mil paràgrafs sobre el tema i encara no acabaria. Més que d'acord amb tu i amb la Monroe. Tot i així sóc més de la Hepburn (Audrey) i Dietrich. :)

    ResponderEliminar

Traspasa tú también el muro y dime...

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...