viernes, 3 de diciembre de 2010

Hadas

Siempre mirando hacia fuera tratando de ver lo que hay adentro. Tratando de decir algo que es verdad, que es su verdad. Pero se da cuenta de que tal vez nada sea verdad de verdad, excepto lo que hay ahí afuera y lo que está afuera siempre está cambiando. Siempre, siempre...

Y uno piensa: Esto que hay, lo que vendrá, lo que hemos sido y en todo caso se irá. Todo se disolverá, en la apariencia y en lo real. En un supuesto reino astral o el reino físico. Como esas olas bravas que sobre los arrecifes se fijan que blanquean en la oscuridad. Menudo mundo éste, aun los hay que se entretienen tirando a dar: Lo de menos es morir, lo jodido es no vivir.

Si pudiésemos habitar en un relámpago, simplemente posarnos en su interior durante un breve espacio de tiempo, a muchos se nos quitarían las ganas e incluso las ansias de quejarnos, de compadecernos de nosotros mismos un día sí y otro también.

La potencia de lo desconocido, la grandeza de lo infinito, un viaje imprevisible atiborrado de vayvenes magentas y luces momentáneamente cegadoras que llenarían nuestro cerebro de oxígeno, que nos inundaría la mente, las ideas, de aire limpio y fresco.
Coge ticket y pide turno. Yo ya estoy guardando cola… Claro que no me extrañaría que tú, como quien no quiere la cosa, tengas ya tu localidad confirmada de hace tiempo. Las Hadas buenas sois así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Traspasa tú también el muro y dime...

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...