viernes, 7 de enero de 2011

K.O.

Le dolió. No solo eso, le destrozó. Llevaba la guardia tan baja que en el choque no pudo contener nada del golpe y quedó K.O. Tardó semanas en volver a sonreír y cuando lo hizo no fue más que para mostrar ironía, los sentimientos habían quedado ocultos bajo una gigantesca mole de rencor, odio y desilusión y juró que nunca más le volvería a pasar. Seguro, seguro, seguro…


Una mañana, al salir a la calle se cruzó con su mirada y se dio cuenta que la herida había cicatrizado. Se preparó entonces para volver a sentir dolor en breve, con la guardia baja, como siempre…

1 comentario:

  1. Hola, te he visto en natural emoción y he entrado en tu blog. Me parece muy buena las entradas qeu he leido.
    En cuanto a esta entrada, no cabe duda de que el hombre siempre tropieza con la misma piedra.
    Felicidades.

    ResponderEliminar

Traspasa tú también el muro y dime...

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...