El temor a lo desconocido predispone
al ser humano a una actitud mental favorable a toda clase de maldades y/o
violencias. Le hace tremendamente vulnerable. La imaginación del ignorante, del
miedoso, forja los mitos que lo hacen esclavo, paralizando su voluntad con las
cadenas del terror. Un ser humano turbado por el miedo pierde el deseo de
conocer la verdad y poco a poco, intoxicada su fantasía por los errores que
ella misma intenta, llega a odiar la verdad. Se aísla, se da de menos y termina
por perder hasta a su sombra que decide huir… Y la huída nunca ha llevado a
nadie a ningún sitio.
El coraje, la audacia, la
rebelión, serán elementos esenciales de nuestra lucha. Luchemos.
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