viernes, 3 de mayo de 2013

West Side Story

Año 1961: Un silbido, antes de que veamos ninguna imagen, suena y se te engancha ¿Ves ese pie? Así es, se va moviendo al compás de ese silbido y la cosa no ha hecho más que empezar.


Y entramos de lleno en un film dual, casi contradictorio: Los bailes son peleas, las peleas son bailes, la inmensidad es íntima, las canciones son política, la oscuridad puede ser acogedora y la luz peligrosa, los nativos son inmigrantes, los inmigrantes americanos, el silencio también es música, tragedia y comedia… Un nudo argumental arrancado de Romeo y Julieta, donde los apellidos de las familias cambian por los nombres de las bandas: son los “Sharks” y los “Jets”.

Unas imágenes en picado de la ciudad de Nueva York avanzando hacia barrios más pobres, hasta que la cámara, que no volverá a alzar el vuelo, se queda a ras de tierra. Desde esa altura y con un empleo del cinemascope espectacular, va desgranando una historia donde la violencia sólo conduce al dolor, a la muerte y al odio. Las coreografías espectaculares, de esas que se te quedan grabadas por la vitalidad contagiosa que tienen; la música del maestro Bernstein; los actores... espléndidos, todos y una Rita Moreno encantadora de principio a fin.

Las dos caras de la moneda en la misma pantalla. Un film hermoso y duro. Sin duda imprescindible. Y pegadizo… Más de 50 años después aun suena el silbido…

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