viernes, 27 de diciembre de 2019

Intentarlo

Juan Mari Arzak, un cocinero creativo y sensato, comentó hace algún tiempo que cualquier sabor debe saber que hubo antes otros sabores, y que la memoria es en el gusto parte fundamental del confort y el placer. Lo sorprendente puede ajustarse al cariño por lo ya conocido sin que se establezca conflicto alguno.  Creo que eso no está tan lejos de la labor de un escritor, a poco que uno lo piense. Supongo, ya que no soy un experto, que ésa es la labor del cocinero, sustituir algo, la memoria, por algo idéntico, la imaginación, sin que nadie pueda sentirse defraudado.

En esta época en la que vivimos, te das cuenta de que hay grandes dosis de tecnología punta asociadas al negocio de la sorpresa y la memoria. La misma que había en Verne, o en el mismísimo primer viaje real a la Luna. Aquel que puso el pie de un hombre donde ya había llegado antes la imaginación de otros muchos.

Tal vez no hay nada que nos acompañe de verdad que se aleje mucho de nosotros y  las intenciones del arte son al fin y al cabo caminar desde el pasado hasta el futuro sin destruir lo más valioso a su paso. Bien pudiera ser que la memoria no sea después de todo una condena, sino una posibilidad. Y puede que se pueda hacer camino sin venganza y sin vergüenza, y que se pueda ser algo nuevo sin renunciar a lo mejor de lo que ya ha sucedido. ¿Lo intentamos?

viernes, 13 de diciembre de 2019

Sábado

Siempre quise ser escritor. No novelista, escritor. De canciones, de anuncios, de obras de teatro escolares, de artículos de opinión, de la lista de regalos de Navidad, no sé, escribir. Traté de muy joven encarar mi futuro para realizar la carrera de periodismo, pero claudiqué, decidí improvisar mientras trabajaba y componía canciones sin ir a la Universidad. Tengo satisfecha mi cuota de errores y decisiones equivocadas, como todo el mundo, pero mi determinación de ser escritor, que sentí desde muy joven, me ha ido salvando durante todos estos años de muchos desastres, ha sido mi manera de refugiarme, mi válvula de escape, tener un norte y eso ha sido crucial en mi vida para no volverme más loco.

Reconozco, con todo, que es milagroso que tantos años después de mi elección, siga pensando en ganarme la vida con dignidad gracias a la literatura. Soñar con vivir de un oficio así en un país donde apenas se lee, aunque se publiquen muchos libros, es poco menos que un milagro, o una aspiración estúpida. Desconfío de la seguridad, pero me gusta tener una bala en la recámara siempre, una especie  de plan B.

Desde siempre he preferido los sábados a los domingos, a pesar de no haber tenido nunca un criterio de vida demasiado convencional que alimentara esa fobia al lunes que hace que resulte de regusto algo jodido el último día de la semana y el asueto. Estoy bastante de acuerdo con Bukowski en que los domingos matan más hombres que las bombas. De hecho, estoy bastante, de acuerdo con varias cosas de él.  Si estás perdiendo tu alma y lo sabes, entonces es que tienes otra alma para perder. Llámalo sábado.

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...