viernes, 19 de junio de 2020

Noche

Saltamos de fase en fase entre confusos y encogidos.
Es solo miedo, miedo lento y largo, dentro de una larga noche... cuando la noche debiera ser una sábana bordada. Cuando alguien con cara de preocupado, nos dice que hay que estar tranquilos parece evidente que hay que preocuparse. Tomar todas las precauciones posibles.
Las malas noticias destruyen el ánimo y el ánimo destruido no genera sino malas noticias, y así a esa pescadilla infernal se le va acabando primero la cola y después el cuerpo de tanto meterlo en la boca.
Vale que no es todo ilusión, pero la ilusión cuenta. Y no me refiero a la ilusión de los susodichos mandatarios, sino a la de cada uno y cada cual.
A pesar de lo que nos quieren hacer creer en sus discursos, la vida de cada uno la ha resuelto siempre cada uno desde que a un mono le dio por estirar las piernas, y es la capacidad individual la que fortalece o desintegra un colectivo. Cada uno debe ser responsable de sus cosas y de no joder al prójimo.
Después de esta pandemia, con un poco de suerte, tal vez podamos responder algún día cada uno de nosotros "Hice lo correcto". Es lo más cerca que podremos llegar a estar de una conciencia tranquila.
No es una sábana bordada, pero servirá para conciliar el sueño.

viernes, 12 de junio de 2020

Trencadís

La mente humana es una especie de microscópico conjunto de piezas enlazadas entre si, al estilo de los mosaicos de Gaudí. Cuando vives en confinamiento acabas por hacer cosas que ni imaginabas hacer. Al cabo de unas semanas le vas dando vueltas a casi todo. Yo al final he comprendido que somos sordos y ciegos, que venimos de la noche para volver a la noche sin saber nada de nuestro destino. Ahora he sentido por vez primera la intuición profunda de que el pasado no es un lugar estable sino cambiante, permanentemente alterado por el futuro, y de que por tanto nada de lo ya acontecido es irreversible, ni tan siquiera el destino. Hay personas que incluso en pleno bullicio, viven confinadas en lo más profundo de su mente y que ya no salen de allí jamás, tampoco entra nadie pero que en su único y solitario mundo logran ofrecer luz a alguien más.

viernes, 5 de junio de 2020

Lecturas

Me apasiona leer pero me confieso algo torpe para las lecturas sociológicas, hay cosas que no sé cómo leer, como todos estos asesinatos de género, el racismo, la prostitución infantil que se da en un mundo que se considera ultracivilizado: Joder, es aterrador. No sé cómo relacionarlo con lo real, si son unos dementes aislados o si es algo que se genera socialmente auspiciado por las mentes de fantoches como el que preside Estados Unidos, o de otros muchos políticos de países más cercanos. Luego está el tema de los prejuicios, eso de que te traten como un criminal por el hecho de no tener un aspecto que agrade. El tabú del sexo que aún existe. Me revienta y me revelo contra el sexo de anuncio: suena una música y dos personas empiezan a follar, a agarrarse a las lámparas con unas posturas tan sofisticadas. Tampoco  entiendo que en pleno siglo veintiuno a las mujeres se las  considere el sexo débil. Lo que sucede es que a ellas se las sigue maltratando social y físicamente y eso debilita, joder! Soy un combativo defensor de la igualdad absoluta, y no creo que las mujeres tengan que convertirse en algo "similar a".  A la igualdad se llega respetando la diferencia, no imponiendo una estúpida clonación. Por eso me cuesta leer a esta Sociedad, tiene capítulos preciosos pero también auténtica basura llena de injusticia, opresión y cobardía emocional, todo eso a mí me revienta. No sé si después de esta crisis sanitaria, social y económica saldremos más reforzados como sociedad, lo que sí sé es que saldremos muy jodidos y, viendo los comportamientos egoístas de estos días, lo haremos sin haber aprendido nada nuevo salvo el nombre de algunos fármacos y de un montón de series de Netflix. 

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...