La comunicación que se establece entre lo que uno dice y lo que los demás entienden queda en ocasiones frenada por el impacto de la interpretación que cada uno hace de las palabras, de las ideas, de los textos... Si traspasamos la cuarta pared el diálogo será más fluído. Que todo fluya pues...
viernes, 27 de enero de 2023
Poble Sec
Vengo de una generación de la que casi nadie se quedó allí donde estaba, quizás por eso podría decir que empatizo con los sureños norteamericanos, a pesar de que su contexto es distinto. Sí, entiendo mucho esa diáspora que se va de su lugar de origen pero que nunca consigue quitárselo de encima, porque esa ha sido precisamente la circunstancia de la generación de los sesenta y setenta. Nos fuimos del barrio, pero nunca conseguimos arrancárnoslo de dentro.
Creo que las cosas son de un sitio, no de diez. Mi origen continúa vivo, existe y constituye el ayer, porque nunca ha cicatrizado. De hecho, creo que la incapacidad de cicatrizar es una característica distintiva de los que pretendemos hacer de narradores. Mi ayer es el barrio del Poble Sec junto al puerto de Barcelona protegido por la montaña de Montjuic y mis magulladuras de infancia. Esto es lo que da relevancia a mi bagaje: Yo estuve allí ayer. No necesito hacer un gran viaje para tener cientos de vivencias.
Tampoco es que sea algo excepcional ni tampoco tendría por qué estar relacionado con ser de una clase obrera, o un movimiento cultural, una moda o cosas así. No creo que sea difícil de entender, en el fondo todo el mundo es raro, ¿no? Siendo objetivos, el barrio o el pueblo que no tiene una fábrica abandonada llena de okupas, tiene un psiquiátrico, o tiene un vertedero, o una central nuclear… Creo que es fácil empatizar con la rareza que se respira desde nuestra adolescencia y que se multiplica en nuestra juventud, ya que es una rareza universal y muy periférica. Siempre he querido saber explicar qué significa estar en los márgenes de algo, pero mirando hacia adentro. A veces no ves nada pero otras tantas en cambio…
domingo, 18 de diciembre de 2022
Humor
Personalmente, que debería ser la manera más honesta de presentar un criterio, considero que el humor es la única muestra no pretenciosa de ingenio. La segunda clave del humor es la desdramatización, que provoca que se cancele y anule el victimismo y el melodrama barato. Incluso si la historia por sí misma tenía tintes trágicos, o provenía de un pesar personal, la tragicomedia o la inclusión del humor la humaniza, le quita afectación y la transforma en algo mucho más compartible. Mis autores favoritos tanto en literatura, teatro o cine son aquellos que consiguen que la lista de la compra sea divertida, cualquier cosa tendría que ser así, burbujeante, a la vez que susceptible de hacerte pensar y de enseñarte o mejor aún, de ayudarte a descubrir algo, sin dramas.
viernes, 9 de diciembre de 2022
Enemigos
Ya desde muy enano había sentido la certeza de que siempre existía un opuesto, un enemigo, contra el que enfrentarse o en quien reflejarse, esto, de alguna manera, ha marcado mi comportamiento y destino y relaciones sociales y la forma en que crecí, y por consiguiente también mi manera de actuar en el trabajo, con los vecinos, o con mi escasa y desconocida obra literaria. La mayoría de mis creaciones, también la mayoría de mis acciones en general, han estado sujetas a la contraposición con un antípoda. Mi blanco existe porque siempre he creído que al otro lado estaba el negro, y viceversa. Soy lo que soy porque no soy eso. Hago esto porque no es aquello: lo contrario de mi esencia.
Todo esto puede sonar a una confesión de estupidez en primera persona, una especie de coartada sobre la utilidad del rencor y la venganza (la tirria indeleble como fiable motor vital y artístico), y un lamento persistente por todo lo enunciado. Si es importante conocer bien a tus amigos, ¿cómo no iba a serlo con los enemigos? Porque en serio, de haberlos “haylos”: Enemigos equivocados, los enemigos usables, los enemigos naturales, los enemigos invisibles (enemigos con piel de amigo), los enemigos instantáneos y más. Claro que es sano pasar de ellos pero hay que ser conscientes de que están y que ellos sepan que les tenemos controlados, sin perder el tiempo, pero sí invirtiéndolo en borrarles del mapa personal. Sonríe: Es Navidad!!
lunes, 14 de noviembre de 2022
Letras
Escribir es más un fin que un medio. Yo no quiero generar nada en la persona que me lea, si es que alguna lo hace. A veces me dicen cómo me reí con esto o lo otro, y yo pensando “joder! pero si es tristísimo” Escribir es una pasión, un hobby íntimo. Durante años escribí guiones que nadie quería comprar, aún espero las respuestas de algunas editoriales y productoras pero supongo que ya no estaré a tiempo. Parece que el mundo se va a freír espárragos por culpa de los que se dejan la luz encendida y de los que no cierran bien los grifos. Es todo tan raro… Supongo que todo se podría resumir con un “No hagas el mal en general y, sobre todo, no se lo hagas a la gente más débil”. Así dicho parece que estemos en misa, pero yo me entiendo y eso, hoy en día, ya es mucho entender. La moral puede ser algo muy útil para la narrativa. Incluso, hay quien diría que lo que se busca en cualquier relato es una enseñanza moral. Menuda estupidez, como si el que escribe supiese algo a ciencia cierta. Sólo es una ficción, como la de seguir poniendo el acento a “sólo” cuando ya no es recomendable, pero a mi se me antoja la palabra como media desnuda si la saco a pasear sin su tilde. Da igual, un buen día lo pude tener cualquiera.
miércoles, 21 de septiembre de 2022
Resistencia
El hecho de irte haciendo mayor no sería tan preocupante sin las enfermedades de los demás. Son los otros los que, enfermando, te ponen en hora la vida. Uno no enferma nunca, no parece ir a enfermar nunca, y por eso se siente joven en contra de toda evidencia. Luego alguien cercano cae en la cama, palidece, es operado, muere incluso, y te das cuenta de que tienes 50 años. ¡Mierda!
En ese momento te asaltan las dudas, te enredas con el tiempo: El tiempo de la destrucción, el tiempo de la resurrección, la época de la pelea. Tu lucha interna tratando de despistar a tus miedos y te encierras en tus puntos fuertes, si es que los tienes. Te pones a escribir: “Sé que mientras estoy escribiendo no puedo morir”. Mientras estás escribiendo puedes morir, por supuesto; lo que no puedes, mientras estás escribiendo, mientras estás muriendo, es traicionarte. Sí que afrontas la cosa con aparente naturalidad, hay que salir de casa y dar que hablar. Como hacen los políticos, lo mejor es controlar cuándo y cómo empieza la gente a murmurar sobre ti. Y así vamos pasando etapas, volviendo a olvidarnos de algunos problemas y sin la sensación de deberle nada a nadie. Guste o no nuestra actitud, como dicen los músicos, “Que te guste mi música no significa que yo te deba algo”. Y qué queréis que os diga, la resistencia es más importante que la verdad. Yo me he ido acostumbrando a un tipo de resistencia muy poco conveniente: perder máscaras y sentarme a ver el mar. A veces me funciona.
viernes, 17 de septiembre de 2021
Mitos
“No te imaginaba así” me dijo al verme en carne y hueso y tras varias llamadas y varios e-mails. Cuando era niño, durante una etapa llevé a cabo un experimento extraño y bastante patético en el que cerraba los ojos y deseaba con mucha fuerza ser otro, comportarme de otra manera. ¿Quién? Qué sé yo, Indiana Jones o John Lennon. Al principio funcionaba, lo juro, y era como si me viese imbuido por el numen del personaje y me creía más valiente, más audaz, más lo que fuera. Me duraba la cosa unos diez minutos; luego volvía a ser yo, igual de indefinido y brumoso que cualquier otra persona que no se haya transformado aún en personaje. Ni puta idea de por qué lo hacía. Quizá porque no sabía quién era yo, o qué era «el yo», y todavía no lo tengo claro. O quizá era porque no estaba satisfecho con quién era, y sospecho que hoy me sigue pasando lo mismo, con la diferencia de que ya he perdido la esperanza de transmutarme en otro al cerrar los ojos; como mucho, con suerte, aspiro a quedarme dormido.
Los referentes y los ídolos se han atomizado y por eso los nuevos héroes duran mucho menos y se nos antojan bastante más corrientes, más patéticos y tristes. Cada vez la impostura da más pereza, cada vez la actitud hace que haya gente más excéntrica y más interesante y más exótica contando su historia, cada vez la sociedad es menos fiel y menos receptiva a los mitos. Cada vez tenemos menos idea de quiénes somos o de adónde vamos. El espíritu del tiempo se vuelve líquido y por último se torna inevitablemente gaseoso, inasible. Humo.
A la próxima persona que exclame al verme que ”no me imaginaba así” voy a responderle con la verdad. Le diré que yo tampoco.
viernes, 27 de agosto de 2021
Jirafas
Nos daremos de bruces con septiembre y la tregua del verano se habrá esfumado. ¿Tregua? Cuando alguien con cara de mandatario, nos dice que hay que estar tranquilos porque la vacuna se va poniendo, la luz se estabilizará y Afganistán seguirá su rumbo… Parece evidente que hay que preocuparse. En noches de tal pelo, conviene recordar que es solo miedo, lento, largo y dentro. ¡Joder! Las malas noticias destruyen el ánimo y el ánimo destruido no genera sino malas noticias, y así a esa pescadilla infernal se le va acabando primero la cola y después el cuerpo. Vale que no es todo ilusión, pero la ilusión cuenta. Y no me refiero a la ilusión inventada de los que mandan, sino a la de cada cual. A pesar de lo que nos quieren hacer creer en sus discursos, la vida de cada uno la ha resuelto siempre cada uno desde que a un mono le dio por estirar las piernas, y es la capacidad individual la que fortalece o desintegra un colectivo y no al revés. Un famosísimo escritor chino cuyo nombre no recuerdo recomendaba ante el abismo del miedo pensar en jirafas. ¿Por qué en jirafas? Le preguntaron. Porque las jirafas no asustan a nadie. Respondió el chino sin inmutarse. Claro está que no vamos salir de todo este lípensando en jirafas, pero pensar en monstruos tampoco parece mejor solución. Y cortarse las venas, menos aún.
Anudados por las lianas de una jungla que no acertaremos nunca a entender, y que nadie parece dispuesto a explicarnos, no queda otra que salvarse uno a uno. Pensando en jirafas o en lo que no de la puta gana. No rendirnos ni venirnos abajo es lo más cerca que podremos llegar a estar de una conciencia tranquila. Sea el mes que sea. No es una sábana bordada, pero igual nos vale para conciliar el sueño.
viernes, 16 de abril de 2021
Cierto
Es cierto, al cabo de cierto tiempo nos morimos. Pero la muerte no nos ha ganado. No ha mostrado ninguna credencial. Nosotros hemos mostrado todas las credenciales. Con el nacimiento, ¿nos ganamos la vida? No realmente, pero de seguro la hija de puta nos tiene atrapados... La muerte me provoca cierto resentimiento, la vida también pues aunque la mimes y la protejas acaban dejándote. Aunque lo que realmente me mosquea mucho más es esto de estar atrapado entre las dos, pero es la única manera de equilibrar las cosas que tenemos,supongo.
viernes, 18 de diciembre de 2020
Sentir
Un abrazo que busca su lugar donde extenderse y encogerse, apretando fuerte, enmudeciemdo el ruido interior de la mente, anulando el sonido exterior que parece como una voz en off disonante y en todo ese trajín, echar de menos la melodía de la sangre recorriendo nuestras venas, saber que sin ella las palabras están incompletas. Cerrar los ojos respirando hondo también es una barandilla. Como lo son las caricias y las raíces mojadas. Como lo es la madera y las manos en danza que gritan en silencio proyectando su sombra entre el cielo y el suelo. Las sinfonías que vuelven y los ojos que tienen alas. Sentir es saber que no estamos solos.
sábado, 28 de noviembre de 2020
Años
Los años pasan, y en muchas ocasiones en vez de añadir algo a nuestras vidas, los muy cabrones nos quitan gran parte de aquello que tenemos; funciona como un grupo de fichas de dominó alineadas formando un estúpido circuito, siempre es lo mismo: Deseas algo con todas tus fuerzas, durante mucho tiempo, y cuando por fin lo logras, es demasiado tarde, o es menos de lo que imaginabas, o descubres que en el fondo no la deseabas con tanto fervor. Supongo que en gran medida muchos de nuestros sueños son insignificantes cuando se materializan. En cambio, si perdemos algo, ¡Joder! Entonces no hay puto consuelo. Así es la vida. Bueno, ya lo irás sabiendo, pero lo que no podías sospechar es que además todo ocurre con tanta rapidez.
viernes, 13 de noviembre de 2020
Pretérito Perfecto
Lo de tener ya una edad que empiezan a ser dos, me hace pensar que la complicidad con la pantalla que excluía al mundo exterior y permitía al espectador una experiencia personal, intransferible y fuera del tiempo está agonizando. Mal que nos pese, esa densa oscuridad envolvente de una sala de cine está dando sus últimos coletazos. Ver una película en casa, sea en la televisión, o en la pantalla de un ordenador, o en el móvil, es un acto de consumo cuyo fuera de campo es la cotidianidad: los niños que juegan, la cafetera que silba, el desorden en las estanterías, la vida doméstica que lima la abstracción que propone una película, cualquier película.
El espectador de hoy, mientras ve una película en su ordenador, come, fuma, twitea, contesta correos, cuelga comentarios en los muros de los amigos. Así son las cosas. La relación entre lo visible y lo invisible se ha modificado. La noche artificial en la que te sumerge una película vista en una sala no tiene ya el carácter sacro que tenía para muchas generaciones de espectadores.
Es la banalización del disfrute. Una película en este momento de la historia es un entretenimiento escasamente relevante comparable a unos cromos de un álbum que no nos emocionan especialmente y que se cambian cuando uno ya los tiene repetidos o medio vistos.
Las películas ya no modelan nuestros puntos de vista sobre el amor, la política, la historia, las relaciones: han dejado de ser fundamentales. Ignorar esta disminución de la influencia del cine en la vida es algo que no podemos permitirnos ignorar. Ahora somos más de una maratón de series que de un peliculón. La nostalgia, aunque inevitable, es un error que al ser humano le puede costar la supervivencia. Como en tantas cosas de esta vida, es nuestro deber saber dónde estamos, o intentarlo y avanzar, aunque sea a ciegas y con multitud de traspiés, hacia algo que no conocemos aún, pero que nos va a llevar muy lejos de donde estábamos instalados, ese lugar que fue. Pretérito. Perfecto. Simple.
viernes, 6 de noviembre de 2020
Algoritmos
Cada vez recibimos más publicidad e información , verdadera y falsa, según lo que decide un algoritmo. ¿Somos libres para elegir o nos están pirateando? ¿Quién nos ha presentado a ese algoritmo y a mí? La respuesta está en Internet, claro. Busco una buena oferta de una crema de protección solar para que me la traigan a casa,. A las semanas me llega un correo firmado por una prestigiosa web francesa con más de tres millones de suscriptores, no una de esas webs cutres que previa toma de tan solo unos comprimidos, garantizan un extraordinario crecimiento del pene, no. Una seria que afirma que Marion Cotillard, la fenomenal actriz de “La vie en rose”, luce un cutis tan terso gracias a su pasión por los baños helados de asiento. Sí, al parecer, poner unas tres veces al día el perineo on the rocks proporciona solaz, descanso, lozanía y un sinfín más de bondades y Marion Cotillard es, según esta web, una adepta a la práctica del “bain dérivatif”, que así se llama la cosa.
Nunca había leído nada del “bain dérivatif” ni conozco a nadie que haya oído hablar del tal baño. Y aunque no tengo el correo de Marion Cotillard, me gustaría preguntarle si ha recibido ella información sobre mi crema de protección facial, no considero necesario reenviarle la información que me ha llegado, porque supongo que ya le habrá llegado por otros lados (y a sus abogados). Lo que no puedo dejar de preguntarme es en qué estaba pensando el algoritmo que decidió que yo podía picar con un producto semejante. ¿Hay algo en mi historial de búsquedas (restaurantes, viajes, libros de segunda mano) o en las compras que he hecho por Internet (básicamente durante el confinamiento: Bebida, limpieza, congelados, una mesa para teletrabajar medio en condiciones) que me convierta en carne de cañón para picar con un timo semejante? ¿Por qué yo?
En los últimos tiempos, muchas después de simplemente mencionar en una conversación, un tema, un libro, una comida o un paisaje, reciben correos y anuncios que tienen que ver con la conversación que han tenido, aunque hayan sido tan solo mencionados de pasada y nunca hayan sido objeto de una búsqueda activa en la web. El colmo es una persona que soñó con una comida que nunca había probado y al día siguiente recibió vales de descuento para probarla. ¿Nos espían nuestros teléfonos? Realmente es como para sentarse y darse un baño en la entrepierna, por si relaja. Puto algortimo, ya me ha liado…
viernes, 30 de octubre de 2020
Olvido
Avanzamos, distraídos, por una cinta mecánica que lleva al olvido… A ver, yo ya era quien soy ahora, no he cambiado mucho, pero con el tiempo sí que he perdido la paciencia, cuando algo no me gusta no lo soporto. Por ejemplo, voy al cine, no me gusta nada la peli y me largo. Pago unos euros y son dinero tirado. En otras épocas sí era capaz de aguantar, ahora no, ahora si no me guste, me voy, y cuando empiezo un libro igual, según con qué personas no me gusta pararme a charlar como se hace normalmente en los pueblos; ahora ya no soporto qué maneras de perder el tiempo. Verás, estuve 12 días sin poder beber y pasando mucha sed, yo bebía a través de tubos y soñaba en un vaso de agua, incluso algún día estaba más optimista y soñaba en una cerveza bien fría. Esto lo saboreo mucho más que antes. Y quien dice eso, dice salir al aire libre; yo estaba encerrado, no respiraba el aire de la calle. La primera vez que, con los tubos del suero y la batilla verde salí al jardín del Hospital Cínic, la sensación fue impresionante. Mi cuerpo se convirtió en una prisión. Y ahora valoro más la cosa sensorial, por eso mi muro aspira a ser más sensorial y está lleno de cervezas y de vino, de comida. La salud no la valoras hasta que la pierdes. La salud es el olvido del cuerpo. Si tú no piensas en tu cuerpo es que estás bien, pero cuando empiezas a notarte cosas y molestias, es cuando valoras estar bien. Simplemente estar bien, estar cómodo, estar tumbado, esto es prácticamente el máximo, no hay que aspirar a mucho más, puedes leer un buen libro, hacer una buena comida, pegar un par de grandes polvos o lo que sea, pero teniendo esto, no nos podemos quejar. Y ya no por lo que he vivido yo, sino por todo lo que vi hace años en ese hospital. No valoramos lo que tenemos. Joder!!
viernes, 16 de octubre de 2020
Detalles
Hace poco más de medio año estaba yo dudando entre dos camisas en una de esas tiendas de ropa “casual” regentadas por orientales y que compiten con las franquicias de tiendas de moda que abundan en nuestras ciudades. (Yo creo que la ropa devuelta de toda Europa se vende allí como si fuera de la próxima temporada) cuando el mundo se dio, otra vez, la vuelta. Ni que decir tiene que a mi absurda obsesión por encontrar las siete diferencias entre dos camisas aparentemente idénticas nadie en ese instante le dio importancia, ni siquiera yo. Cosa de la que ahora me arrepiento. Llegó una pandemia.
Hay una tendencia equivocada que nos impulsa a separar la historia del detalle, pero, como bien sabe el primer pollo muerto bajo el peso de un fornido paracaidista de la RAF llovido del cielo 26 horas antes del desembarco de Normandía, esta línea historiográfica ha demostrado más de una vez su ineficacia. Por cierto que el paracaidista que mató al pollo se llamaba William Hosbit, pero debido a este extraño accidente pasó a figurar en los márgenes de la historia con el nombre de Bill Chicken Hosbit. Este dato que es una chorrada, por supuesto, se puede comprobar.
En fin, como dijo Walter Bazauck, jefe de radiotelegrafistas de la línea de defensa alemana en los territorios ocupados, "cuando una bota enemiga caída del cielo aplasta por sorpresa a un pollo, es que algo está pasando". Nadie le hizo caso, y así es como se unen siempre y tarde, el detalle, la sorpresa y la historia.
El caso es que el otro día estaba dudando entre dos camisas muy similares en una tienda de mi ciudad y mientras comprobaba la costura alrededor de los botones el mundo cambió. No he tenido ocasión de estrenar la camisa, para estar por casa prefiero las camisetas.
viernes, 25 de septiembre de 2020
Miedos
Cuando la vuelta a la rutina no es regreso a ningún sitio, te sientes como un astronauta en medio de una peluquería. Es curioso comprobar cómo se echan de menos sensaciones que no son buenas, pero a las que uno se ha acostumbrado, y cómo sin miedo alguno se duerme bien pero se levanta uno extraño. Te dicen "no tengas miedo sino respeto y prudencia", pero lo hacen con cara de susto, supongo que no acaban de dormir bien. Las ciudades se cierran.
En el campo y en la playa uno aprende a conocer los límites de las cosas y es la tierra o es el mar quien manda.
Una vez aprendes a ordenar tus prioridades te das cuenta de que no tenías prioridades que ordenar. Al final entiendes que el diablo es tan listo que no vendrá de nuevo con el mismo rostro. Fijo que duerme de puta madre.
viernes, 18 de septiembre de 2020
Raros
Es un error tratar de escribir siempre palabras que te hagan parecer importante, las palabras grandes, es bien sabido, siempre han cuidado de las personas pequeños. Yo, alrededor de ti, en cambio, no escribo nunca nada. No lo necesitas. Tú ya existes sin mí. La gente habla. Yo también... Cierro los ojos y el bloc de notas: Me acuerdo de Ibiza, blanca y dulce. Algo que considerar, incluso ahora. Sobre todo ahora. Desde el corazón y regulado por el ritmo y por la forma, me digo, tratando de enhebrar las palabras precisas y no otras.
Qué peligro que corren nuestras ideas cuando nuestras palabras se confunden, o pretenden sin rigor y ajenas a su naturaleza abarcarlo todo. Ojeo la Biblia con incredulidad. Supongo que por eso debió caer Cristo tres veces, por pretender acercar algo de lo suyo a lo nuestro. O para disfrazar el bochorno de sus ridículos milagros. De haber seguido con el agua y el vino y los panes y los peces no hubiese sido nunca un mesías, sino una empresa de catering.
La indignidad de mirar de cerca lo indigno nos iguala. Nuestra vulnerabilidad humana también y de esa si que no hay bicho viviente que se salve. Corren tiempos raros. Todos somos raros.
viernes, 4 de septiembre de 2020
¿Vuelta Al Cole?
Los niños son seres muy normales que se convierten poco a poco en nosotros y a menudo, y con demasiada frecuencia, al hablar de educación tiene uno la sensación de que se está hablando de seres extraños, de gente distinta, como si no hubiésemos sido todos hace nada los mismos niños, la misma marea imprecisa, el mismo sólido argumento.
A lo largo de mi andadura como padre, hasta hoy, creo que de lo que más he echado en falta es una inteligencia que recuerde. Alguien que aún sepa lo que era exactamente ser un niño, esquivando con ligereza y corazón el drama adulto impuesto sobre la naturaleza inocente que tan a menudo convierte a nuestros hijos, y por culpa de nuestra galopante histeria, en gigantes cargados de problemas prematuros, en pequeños luchadores de sumo.
La educación no es otra cosa que la ayuda, que no la forja, que se le puede prestar a una personalidad en desarrollo, y en esos términos se debería mover aquello que al parecer estamos dispuestos a hacer por nuestros pequeños. Desgraciadamente no se encuentra a menudo un rigor parecido entre aquellos que rodean a nuestros hijos. Tampoco nosotros siendo niños encontramos tantos apoyos como pensábamos necesitar, y en eso la vida adulta y la infancia no se decepcionaron mutuamente. Tras el mazazo de esta primavera, empieza un nuevo curso. Ojalá se acabe como los niños merecen.
viernes, 21 de agosto de 2020
Leyendas
De niño, en el barrio, se relataba la aventura de un vecino del que se decía que había sobrevivido a un naufragio flotando durante una semana sobre una puerta. Supongo que vivir al lado del puerto en un entorno humilde, de clase obrera y con pocos lujos por no decir ninguno, fomenta la imaginación, las habladurías y las leyendas. Y creo también que en los pueblos y aldeas más recónditos del planeta a día de hoy sigue siendo así. Sin Internet, sin televisión sólo queda la conversación y la compañía física. Juegos para los críos en la calle y poco más... O tal vez debiera decir todo eso. Desconozco quién era el vecino en cuestión, incluso si la peripecia acaeció de verdad, pero no dejo de meditar en ese hombre, azul y agua, negro y agua, asido a una puerta por la que no es posible huir.
viernes, 14 de agosto de 2020
Sueños
Solo nosotros ignoramos el sentido de nuestros sueños. Imagino que de igual manera ignoramos el origen y el destino y hasta la razón o la causa de nuestras Impresiones.
Los nombres que elegimos caprichosamente para los caballos, los perros, las casas y el resto de nuestras cosas cumplen con rigor su destino y su función, luego la vida nos recuerda cuánto hay de arbitrario en cada una de nuestras decisiones, qué margen le corresponde a la libertad y qué margen a cada condena, qué poco lugar nos queda entre lo que ya ha aprendido a vivir y a morir sin nosotros. Al hacerlo, como no podría ser de otro modo, nos enfrenta con lo extraño que resulta nombrar con tanto esmero aquello que se acabará perdiendo.
La buena escritura no sana ni devuelve la vida, pero ayuda a comprender. La ficción no espanta a la realidad ni la transforma, pero la acompaña y la completa. Todos los versos que merecen tal nombre nos exigen una capacidad que sin ellos podríamos dar por perdida o, peor aún, por desconocida. Recordar entre el afecto sin negar el dolor es una buena herramienta para seguir viviendo, y yo la he encontrado o reencontrado entre estos meses de libertad confinada. Hace meses que no recuerdo ni uno de mis sueños, tal vez siguen de cuarentena.
viernes, 7 de agosto de 2020
Colibrí
¿Cual podría ser el reto máximo, la más grande y suprema voluntad de un artista de las palabras? Y no hablo solo de poetas, escritores, letristas musicales, formadores corporativos de cerebrines, etc... Creo que el reto máximo de cualquier que pretenda comunicar, es ayudar a descubrir, lograr que las certezas se desvanezcan y que las dudas empujen a la búsqueda. Los tiempos y la vida está cambiando de tal manera que resulta casi imposible que lo que hace dos años era válido ahora sea mínimante eficaz. Adaptarnos desde la confianza y no el resquemor o el miedo. Desaprender para aprender casi tanto como seamos capaces.
Escuchad al colibrí cuyas alas no podemos ver. En serio, escuchad al colibrí no me escuchéis a mí, porque ese aleteo invisible es lo que habita en las palabras y en el espíritu de todo cuanto yo pretendo decir o escribir.
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