miércoles, 19 de enero de 2011

La caja que guarda silencios

Estúpidamente pensó que podría hacer callar a aquellos ojos, que nadie lo notaría, pero esos ojos no hablaban, gritaban y su corazón permanecía en un rincón, olvidado, deambulando perdido en cada uno de los besos y abrazos que nunca dio…


Finalmente decidió que tal vez, sólo tal vez, alguien vería su cuerpo debajo de la ropa, pero ya nunca más nadie vería debajo de su piel ni su alma desnuda y encontraría un lugar donde amontonar esos besos y abrazos perdidos. Tendría que encontrar también la forma de silenciar a esos ojos, aunque eso le llevaría más tiempo.

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