Era viernes. Habrían pasado dos o tres semanas. Tal vez más. A eso de las 9 de la noche, lo recuerda porque estaban a punto de cenar, su padre se acercó a él y sin motivo aparente le regaló una muestra de cariño después de todo ese tiempo. Fue solo un pequeño abrazo y una especie de maqueta de beso. “Al menos (pensó el crío) todavía me quiere”.
La verdadera patria del ser humano es su infancia. ¿Cuánto hace que no le das a esa personita especial un beso sin saber por qué?
La comunicación que se establece entre lo que uno dice y lo que los demás entienden queda en ocasiones frenada por el impacto de la interpretación que cada uno hace de las palabras, de las ideas, de los textos... Si traspasamos la cuarta pared el diálogo será más fluído. Que todo fluya pues...
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Hay que demostrar cariño de vez en cuando, es esencial, los humanos no vivimos sin cariño :)
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