mente humana es una especie de microscópico conjunto de piezas enlazadas entre si, al estilo de los mosaicos de Gaudí. Cuando vives en confinamiento acabas por hacer cosas que ni imaginabas hacer. Al cabo de unas semanas le vas dando vueltas a casi todo. Yo al final he comprendido que somos sordos y ciegos, que venimos de la noche para volver a la noche sin saber nada de nuestro destino. Ahora he sentido por vez primera la intuición profunda de que el pasado no es un lugar estable sino cambiante, permanentemente alterado por el futuro, y de que por tanto nada de lo ya acontecido es irreversible, ni tan siquiera el destino. Hay personas que incluso en pleno bullicio, viven confinadas en lo más profundo de su mente y que ya no salen de allí jamás, tampoco entra nadie pero que en su único y solitario mundo logran ofrecer luz a alguien más.
La comunicación que se establece entre lo que uno dice y lo que los demás entienden queda en ocasiones frenada por el impacto de la interpretación que cada uno hace de las palabras, de las ideas, de los textos... Si traspasamos la cuarta pared el diálogo será más fluído. Que todo fluya pues...
viernes, 12 de junio de 2020
Trencadís
La
mente humana es una especie de microscópico conjunto de piezas enlazadas entre si, al estilo de los mosaicos de Gaudí. Cuando vives en confinamiento acabas por hacer cosas que ni imaginabas hacer. Al cabo de unas semanas le vas dando vueltas a casi todo. Yo al final he comprendido que somos sordos y ciegos, que venimos de la noche para volver a la noche sin saber nada de nuestro destino. Ahora he sentido por vez primera la intuición profunda de que el pasado no es un lugar estable sino cambiante, permanentemente alterado por el futuro, y de que por tanto nada de lo ya acontecido es irreversible, ni tan siquiera el destino. Hay personas que incluso en pleno bullicio, viven confinadas en lo más profundo de su mente y que ya no salen de allí jamás, tampoco entra nadie pero que en su único y solitario mundo logran ofrecer luz a alguien más.
mente humana es una especie de microscópico conjunto de piezas enlazadas entre si, al estilo de los mosaicos de Gaudí. Cuando vives en confinamiento acabas por hacer cosas que ni imaginabas hacer. Al cabo de unas semanas le vas dando vueltas a casi todo. Yo al final he comprendido que somos sordos y ciegos, que venimos de la noche para volver a la noche sin saber nada de nuestro destino. Ahora he sentido por vez primera la intuición profunda de que el pasado no es un lugar estable sino cambiante, permanentemente alterado por el futuro, y de que por tanto nada de lo ya acontecido es irreversible, ni tan siquiera el destino. Hay personas que incluso en pleno bullicio, viven confinadas en lo más profundo de su mente y que ya no salen de allí jamás, tampoco entra nadie pero que en su único y solitario mundo logran ofrecer luz a alguien más.
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