viernes, 31 de mayo de 2019

Jose Cuervo

Me paso la vida escribiendo  notas y esbozos de pequeñas historias, incluso algunos poemas en el bloc de notas del móvil, en papeles, Keenex, servilletas de bar y palabras sueltas o mini frases en mi mano y que me indiquen una pauta de inicio ni que sean las cuatro de la madrugada, todos esos apuntes luego acaban por ir a parar a cualquier parte: Los bolsillos de mis pantalones, chaquetas, cajones medio olvidados y lugares más improbables. Hace media vida, un verano, estando de vacaciones con un grupo de amigos en unos apartamentos dentro de un camping en la Costa Brava, uno de ellos, del apartamento de al lado, me preguntó si teníamos una botella de tequila, le dije que mirara en la nevera, donde encontró un cuaderno mío de notas y de color negro, congelado. Al parecer Jose Cuervo me lo estaba cuidando. No es la mejor manera para que unas historias se conserven vigentes en el tiempo, al intentar abrir la libreta todas las hojas estaban enganchadas entre sí habiendo fusionado, mezclado y borrado todas las frases, se quedó literalmente destrozado al pretender desengancharlo. Sin embargo el tequila estaba perfecto y su ingesta ayudó a la creación de una historia llamada "Hombrecillos" y que años más tarde encontró cabida en uno de los primeros post de este blog. Para que luego digan que no podemos congelar el tiempo...

viernes, 24 de mayo de 2019

Risa

Todo lo que ocurre en nuestro cuerpo es el resultado de un complejo, maravilloso y perfecto proceso psicológico, fisiológico y neurológico. Nada se queda sin una explicación. Visto así llega a acojonar. Así como el llanto y la tristeza nos debilitan, nos baja el ánimo y nos hacen pensar que las cosas no tienen sentido, la risa hace todo lo contrario. Llega incluso a manejar una incidencia directa en nuestro sistema inmunitario. la risa es un proceso biológico que libera endorfinas (neurotransmisores que se encargan de hacernos sentir bienestar y felicidad) en nuestro cuerpo. Vaya, como un chute de alegría de forma natural. Parce que nuestro nivel de vida y el ritmo que llevamos cada día nos obliga a ser colegas del estrés y, en una menor medida, de la ira y agresividad. Toca cambiar de compañeros de viaje. No se trata de ocultar los problemas sino de buscar solucionarlos y no hacernos mala sangre por ellos o entraremos en una espiral trágica de autodestrucción y de daños colaterales a las personas de nuestro alrededor. De ahí la importancia de rodearnos de personas positivas, de confianza, capaces de entendernos sin juzgarnos y sin mediar palabra. Compartir risas y no solo penas. Estar a las duras y a las maduras. Yo creo que reír juntos es lo más parecido a hacer el amor.

Escribo esto y pienso en la suerte que tengo de poder tener a personas que me regalan risas y endorfinas incluso desde la distancia, que no es el olvido sino una circunstancia “puntual”. Personas con las que poder compartir tanto una duda, como una batalla, como una cerveza, como un baño en la playa con remojones y ahogadillas. Así que voy a encargarme una medallita para llevar en el cuello, no sea que al irme haciendo viejo pierda mucha memoria y otras facultades, en la que indique, en caso de que me pierda por la calle: “Devolver a la Playa (con una sonrisa)”, seguro que allí habrá quien me abrace.

viernes, 17 de mayo de 2019

La Orilla

El pasado prolonga su sombra sobre lo que todavía estamos aprendiendo a ser mientras nosotros vamos andando, a veces de puntillas, sobre sus puntos suspensivos y  convertidos de pronto en un círculo de funambulistas que se tambalean sobre el mismo cable, a la espera de que el cable se alargue y nos muestre la orilla contraria. A veces me da la sensación de que somos un poco como los pilotos de rally quienes siguiendo instrucciones del copiloto, tenemos que lograr cambiar de marcha a tiempo, aunque la dirección sea la misma e incluso la velocidad también.
Se nos escapa la vida esperando a que algo bueno llegue cuando a veces resulta que ya nos hemos encontrado.  Yo tenía dieciocho años, estaba en la playa de la Illa Roja de Begur  para hacer surf con un grupo de amigos. Una persona muy especial para mi se me acercó y se sentó justo a mi lado, yo me puse tan rojo que sentí que me ardía el cogote y ella, al verme así, ladeó la cabeza y me abrazó  hundiendo la cara en mi cuello y bañándome en su olor. "No hay que hacer esperar nunca a lo bueno, cariño", me dijo al oído así, muy bajito. Ella tendría unos cinco años más que yo, ahora entiendo que ya había llegado a la otra orilla.

viernes, 10 de mayo de 2019

Tormentas

La vida huele a tormenta y a después de una tormenta. Sabe bien. Suena mejor. Viene y se va y mientras... está. No puedes evitar vivirla. La vida es riesgo. Es coger al toro por los cuernos. Agarrarte bien fuerte y no soltarte. Y si te caes, te jodes, sí, pero te  levantas ni que sea soltando alguna lágrima, algún reniego y por qué no, alguna risa. Y una vez arriba, dejas tranquilo al toro. Y si has de lidiar lo haces con tu futuro y hueles y oyes y sientes la tormenta. Al final acabas por saber convivir con todas ellas, sobre todo con las necesarias.

viernes, 3 de mayo de 2019

Madera

Haciendo la mudanza para que mi madre dejase su viejo piso sin ascensor por uno más pequeño pero que si lo tiene, vi mi primera guitarra, fabricada desde hará más de 40 años. La saqué de la funda, conservaba su raja astillada en la caja de un estúpido día mío de furia, parecía hecha de helio, muy ligera. Me la puse en la cara y la olí, era de cedro, sencilla pero muy bien diseñada, y mantenía esa fragancia de la madera viva. Sabemos que la madera nunca acaba de morir y por eso olía el cedro, tan fresco, como si fuera el primer día, cuando mis padres me la  regalaron hace un montón de años. Una voz parecía susurrarme: “Tío, ya te estás haciendo viejo y no has dado las gracias, no has devuelto tu gratitud a quien la merece: El suelo, la tierra, el cielo, el mar... " guardé la guitarra con cuidado en su funda y esta vez me la llevé a mi casa. A los pocos días me  abrí la cuenta en Instagram, desde ese instante cada día procuro dar las gracias al amanecer y al anochecer, a mi manera. Y si se tercia, tomar un chupito de Bourbon después de cenar, ese es mi particular tributo a la madera.

viernes, 26 de abril de 2019

Doce Monos

Hay algo redundante en volver a ver "Doce Monos" (film de 1995) pues es una película sobre recuerdos del pasado a los que volvemos una y otra vez, y es una película que también conforma mi propio pasado. El de muchos de nosotros que la vimos hace casi 25 años.
La película tenía fama de extraña y algunos de mis amigos y yo la descubrimos y adoramos sin entender muy bien por qué razones: sabíamos que Bruce Willis, de protagonista, no se parecía a sus otros papeles, sabíamos que había algo extraño y trágico en el final, nos fascinaba la historia y sus pistas sin respuesta.
Ciertamente, durante casi dos tercios, la pelicula es inventiva:  plano a plano, idea a idea. Pero Gilliam se parece, al mismo tiempo, al Fellini tardío:  encadenados de viñetas, sin un surrealismo lo suficiente potente en el todo para disculparlas. Probablemente por su estructura no lineal, porque su héroe es el más ambiguo y el más herido y porque su final resulta inteligente, finalmente dolorosa.
Hace unos días mi amiga Rosse la estuvo viendo con su hijo de 15 años, les encantó, si bien el chico no entendía del todo aquello que estaban viendo. Le pasó igual que a mi, solo que yo era  bastante más mayor que él cuando la vi por primera vez. El futuro siempre es historia, ¿Verdad Willis?

viernes, 12 de abril de 2019

Ensayos

Soy aficionado a leer ensayos, desde Benedetti a Jorge Luis Borges y por descontado de todo aquél que tenga a bien caer en mis manos. Aprecio el lado narrativo del ensayo clásico; el lado reflexivo de todas las grandes narraciones. Lo esencial del ensayo, para mí, consiste en proponer preguntas y en admitir respuestas diversas, coyunturales, conjeturales y hasta contradictorias. Recordemos que son ensayos, no son resultados. Esto es el arte del tema y las variaciones. Noadoctrinan, sugieren.

Mis pequeños textos se han infiltrado con desenfado, como con soltura de cuerpo, tomándose, lo sé, libertades no siempre solicitadas con la debida formalidad, entre los diferentes géneros del arte literario. Y han puesto el corazón de estehumilde ensayista al desnudo. Confieso que a veces, en la perversión de mi gusto, prefiero el relato íntimo por encima del magistral. La prosa desordenada, burlona, traviesa, donde lo humano es comedia, incertidumbre y tragedia. Supongo que tengo que pedirexcusas ante la cátedra, pero no lo haré. Simplemente argumentar que lo mío son ensayos en su más amplia esencia, de esos de “prueba-error” a la búsqueda de una primera frase certera que derive en un relato estructurado y no como esto.

viernes, 5 de abril de 2019

Redes ¿Sociales?

Instagram… Ufff!! La verdad es que no lo sé manejar, me pasa igual con Twitter, para mí son una gran incógnita, me deben haber pillado mayor. Y mira que tengo a una persona querida y de mi plena confianza que me intenta poner un poco al día de las cuestiones tecnológicas. Ella las sabe hacer servir como divertimento y cuando me lo explica lo veo claro, pero yo, todo esto de que la gente se construya una proyección de su ego... Nunca me he sentido atraído por ese tipo de pulsiones, más allá, claro, de que todos los días uno se levanta con los ojos semicerrados, se lava, se afeita (o no), se peina (o no) y se adecenta un poco ante el espejo (O debería). Pero no entiendo este esfuerzo por modelar tu propio mito, porque los mitos son construcciones del colectivo, no puedes controlar cómo te ven los demás y si crees que lo puedes hacer te vas a pegar una hostia que ni las Consagradas. Salvo que seas como mi amiga, que lejos de comerse la olla con estas cosas, las maneja como quien le pone el caramelo al flan, sin buscarle mayor sentido que pasar un rato agradable porque la vida no es en red, sino en piel.

viernes, 29 de marzo de 2019

Fotos

Ahora una foto es un “ya”, pero hay que recordar que las fotos son los ojos del narrador de un cuento, son una certeza sentimental de naturaleza imprecisa y precisamente por ello, exacta. Porque no se atrapan las cosas, ni los rostros,no se juzgan las conductas, ni las razones que llevan hasta aquí a los que han llegado hasta aquí, al momento exacto de la fotografía, ni se concluye al mirar, la vida de los otros. Al contrario, se propaga y se prolonga. Todos los grandes fotógrafos, dan un paso, en sus imágenes, que propone los pasos por venir, y que también imagina los pasos que ya han sido dados. Toda buena poesía, y no hay más poesía que la buena poesía, es, al mismo tiempo, una parada y una indicación para continuar, una señal y un camino. Y nosotros somos un espectador más, porque las fotografías nos dicen todo lo que necesitamos saber, que es seguramente todo lo que el fotógrafo pretende. A partir de ahí, sus dudas son también las nuestras, y si toda fotografía es en suma un espejo, quienes nos miran del otro lado de esos retratos no son nunca otros, somos, finalmente y desde el principio, nosotros.

viernes, 22 de marzo de 2019

Dos Acordes

Un genio de la música del siglo XX decía que para él “un acorde era suficiente, dos eran para empujarlo y tres ya eran jazz”. El tipo era Lou Reed y en realidad nunca le hicieron falta más de esos dos acordes y ese sonido horrible, para convertirse en una de las voces más influyentes de la música. Así de sencillo, dos acordes. Canciones como “Heroína”, con la que con una única nota repitiéndose durante más de siete minutos, era capaz de atraparnos en ese sucio viaje hacia las alcantarillas. Siete minutos desde ese primer ritmo tranquilo e hipnótico, hasta ese final frenético y ruidoso, con el que no resulta muy difícil hacerse a la idea de cómo eran aquellos viajes de caballo a los que tanto se aficionó en los años 80. Cuánto con tan poco. Cuánto  también con el susurro de “Walk on the wild side”. A mí, desde luego, me raptó en un primer álbum por el que algunos le dieron el apelativo de Padrino del Punk, una década antes de que Sex Pistols hicieran lo propio.
Desde aquel disco, y con aquella forma de tocar entre chunga y atractiva, Reed se adelantó siempre a su tiempo en todo lo que hizo. Primero con las performance junto a Wharhol y, después, con la fusión de la música callejera con elementos vanguardistas de la música europea. Siempre impredecible. Ahí iba él, por el lado salvaje de la vida, cambiando de piel cada poco tiempo. El glam, el rock o el punk de hoy en día son impensables sin su aportación ni sin aquellos dos Acordes. Cuánto con tan poco.

viernes, 15 de marzo de 2019

Un Cuento

Cuentan que una joven monja se tomó por error una Viagra y tuvo una erección fantasmal. Ignorando la advertencia de que cuando el miembro permanece en tensión más de cuatro horas seguidas hay que acudir a un servicio de urgencias para evitar daños irreparables en el tejido de la uretra, la joven, avergonzada, no fue al hospital hasta el tercer día, y ya con unos dolores insoportables en el pene hipotético aparecido tras la ingestión de la pastilla azul. Dado que los doctores no sabían cómo detener esa erección inexistente, pasaron unas horas antes de que al jefe de urología se le ocurriera proponer a la chica una eyaculación fantasmal para acabar con aquel caso tan extravagante. En el convento, se opusieron a que la joven se masturbara , no solo repudiaban el onanismo en general, sino que les parecía aún más condenable si se practicaba con un miembro inexistente. Un doctor intentó explicarles que el miembro masculino objeto de la masturbación es siempre imaginario, aun cuando se pueda tocar. Pero no hubo forma de sacar a las monjas de sus trece y el hospital tuvo que conseguir una autorización judicial para proceder a la descarga imaginaria y desapareciendo los dolores al instante así como el miembro falso, si hay alguno verdadero.

Se dice que congelaron el semen quimérico resultante de la eyaculación irreal y ahora pretenden fecundar con él un óvulo aparente para obtener un embrión fantasma. Si los fundamentos teóricos no fallan, podrían conseguir un ser invisible. A mí no me parece que eso no tenga un gran mérito. Lo difícil, en estos tiempos, sería fecundar a alguien real.

viernes, 8 de marzo de 2019

Respuesta

¿Qué pasa cuando regresamos a nuestro barrio de la infancia? Allí donde el portal olía a comida casera y a vecindad añeja, a humedad y a zaguán recién fregado. Donde se mezclaba le vino con la gaseosa y la radio era la compañera Los hilos que mueven los afectos son tan finos que a menudo no somos capaces de verlos. Pero están ahí, y pueden romperse en cualquier momento. Un gesto, una palabra, una sospecha, un pensamiento, bastan para tensarlos. Hasta que se quiebran y resulta difícil recomponerlos, por la misma fragilidad de su naturaleza. Pero, por alguna extraña razón, hay sentimientos que perduran y cariños que no se rompen por mucho que el tiempo o la distancia intenten desgastarlos.

Muchos venimos de una generación que creció viendo Barrio Sésamo, Verano Azul y las películas Disney. La misma que al llegar a la madurez se enfrentó a un abismo similar al de Holden Caulfield, el protagonista de la omnipresente novela de Salinger “El guardián en el centeno”, preguntándonos sin cesar, y encajando la falta de respuestas, qué hay más allá, dónde diablos está el que supuestamente vela por nosotros, a dónde van los patos de Central Park en invierno, cuando se hiela el lago.

viernes, 1 de marzo de 2019

"Poe"

Es raro, estábamos hablando un grupo de amigos y alguien dijo que Poe le recordaba a Kurt Cobain. Supongo que a partir de la cuarta Voll-Damm empiezas a enlazar temas por cualquier detalle. A mi esa idea se me quedó instalada en la cabeza. Poe representa algo particular y desafiante, intelectualmente rebelde y tan triste y trágico… Es casi un arquetipo de una sombra joven, vendría a ser el padrino del gótico. Poe es tan famoso que ha logrado mantenerse relevante todo este tiempo. Tuvo una vida excéntrica y triste; atormentada, pero representa una especie de tristeza colectiva. Poético y con una calidad luminosa, para cualquier persona que quiere ser un artista, un actor o un escritor, tratando de expresar el mundo de alguna forma, Poe representa esa alma explosiva, el huérfano perpetuo que alberga todos esos sentimientos. Él se ha convertido en eso. Creo que eso es lo que él representa de una forma colectiva. Y aunque publicó sus obras, él era pobre particularmente porque no existía el derecho de autor, le pagaron 6 dólares por “The Raven” y después se publicó en todo el mundo. Fue unas de las primeras personas que trató de vivir con sus obras. Era casi imposible. Escribía por centavos por cada palabra que publicaba. Era muy pobre y estaba luchandopara vivir. El tipo se alimentaba a base de ensaladas. Sus historias estaban muy bien hechas; él tenía que reconstruir sus propias historias para encontrar al asesino.

Siempre le quedó una duda: “¿Me estoy volviendo loco?”, un poco. El baile con el abismo, la locura y la enfermedad mental. Y así andamos unos cuantos, con todas esas cosas y tratando de crear una historia que es ficción y evitando a la vez que las personas se adentren en nuestra mente. Sí, creo que Poe era un tipo muy a lo Kurt Cobain.

viernes, 22 de febrero de 2019

Futuro

A veces el futuro está demasiado cerca pero aún así  es un interrogante demasiado grande y tratamos de anticiparlo. Fusionar futuro con presente y abandonar el pasado. Al final, quizá sea cierto aquello que dejó escrito Pavese: “Cuanto acontece a un hombre está condicionado por todo su pasado”. Quizá la muerte sí tenga pasado. No importa. A la larga, la verdad no importa, es incuestionable. Entra al Océano Atlántico un tarde de invierno. Hay un momento en que el agua es tan, pero tan helada que te llega a quemar las manos, sin más trazos, dando pasos en falso, actuando como cuando ocurre el ocaso ocupando falsas rimas, no más verdaderas que este puñado de letras… Alguno viernes llegan vacíos de ideas pero cargados de sueños. Soñemos, hemos aprendido a hacerlo y lo soñamos todo.

viernes, 15 de febrero de 2019

Los Recuerdos

Los recuerdos andan repartidos por habitaciones que el pensamiento visita cuando se le antoja, a un ritmo imprevisible, ajeno a nuestras riendas y sin cita previa. Pensar viene a ser como ir saltando de una en otra, y a esos saltos, a esas piruetas, no les podemos pedir unas razones cronológicas. Cada habitación, a su vez, tiene dentro otras cinco o seis, pasa como con las cajitas chinas, con la gran diferencia de que de una vez para otra, alguien a tus espaldas las revuelve y transfigura a su bola. Supongo que por eso es importante tener capaz de improvisar, de imaginar. La fantasía y la lógica tienen que ir cogidas de la mano como dos hermanas, para que el universo no se trague su barca. Siempre juntas, siempre de la mano, sin hacerse putadas.

Creo que es bueno que al final del día, sino antes, hagamos las paces con aquellas personas que nos importan y que nos hemos discutido por el motivo que sea. Decir las cosas puedes no decirlas y hasta parece que así has dejado de pensarlas, pero no, las piensas igual o más, te andan por dentro arañando, cavando surcos, y quién sabe si no dañarán al bazo o al páncreas esos surcos. O lo que es peor, esos recuerdos mandarán al cuerno una relación preciosa. Es muy importante mantener vivo al niño de nuestro interior, arrastran menos rémoras de recuerdos y saben muy bien cuándo alguien los está creyendo.

viernes, 8 de febrero de 2019

Nuestro Diario

Componer música sin saber de pentagramas, eso es escribir un diario de uno mismo. Al hacerlo me hablo de mí. Me conozco a mí mismo. En cada día que pasa voy más hacia abajo, más y más. Para conocerme mejor, me dirijo cada vez más al fondo del pozo. Metafóricamente. También me gusta romper muros. Traspasarlos. Ir hacia el otro lado y husmear. Luego vuelvo. Eso es escribir un diario. Acudir en busca de lo oscuro, de lo que no sabes de ti. Si lo intentas, puede salir bien. Si eres capaz de traspasar esas fronteras, puedes convertirte incluso en alguien que llegue a desarrollarse de una manera global, eso tan en auge ahora, y encontrar almas comunes en Asia, en África o en el rellano de la escalera. Si tienes la valentía de traspasar el muro, la frontera ante el que te sientes solo y desarmado. Atraviesas el muro y puedes convertirte en otro. Puedes ser más libre, además. A veces para escribir un diario no necesitas escribir undiario, sino cerrar los ojos y dejar que todo ocurra.

viernes, 1 de febrero de 2019

Todo

Sonaré a loco egoísta pero me parece que no debe haber muchas personas que les guste tanto todo como a mi;  ¿Qué es todo? Pues todo son las artes; la música, los libros... las personas cuando ejercen como tales, la ropa, los animales, el ruido, el silencio, la tristeza, la melancolía, la risa, el amor, el frío, el calor; todas las estaciones, todos los estados atmosféricos, las sabanas heladas de Praga y los montes soleados de La Toscana, la nieve en invierno, las lluvias de otoño, la alegría y las locuras de la primavera, los tranquilos días del verano y sus noches consteladas, todo eso lo admiro y lo adoro. Todo toma a mis ojos interesantes y sublimes aspectos, querría verlo, tenerlo, abrazarlo, besarlo todo, y con-fundido con todo, morir, no importa cuando, mejora tarde, dentro de treinta o de cincuenta años, morir de puro éxtasis para sentir el último misterio, el fin de todo o ese principio de todo. Saber apreciarlo todo, sí, el resto no me basta.

viernes, 25 de enero de 2019

El Enigma De La Sombra

En el trato con las personas, no siempre captamos bien sus luces y sus sombras y otorgándoles un papel que pudiera no ser el real o adecuado. Dicen que el papel es un invento de los chinos. Lo único que nos inspira el papel de Occidente es la impresión de estar ante un material estrictamente utilitario, mientras que sólo hay que ver la textura de un papel de Oriente, ya sea de China o de Japón, para sentir un calorcillo que nos reconforta el corazón. A igual blancura, la de un papel de aquí difiere por naturaleza de un papel blanco de China. Los rayos luminosos parecen rebotar en la superficie del papel occidental, mientras que la del de allí es similar a la aterciopelada superficie de la primera nieve, que absorbe a los rayos blandamente. Además, son agradables al tacto, se pliegan y arrugan sin ruido. Su contacto es suave y ligeramente húmedo como el de la hoja de un árbol. N mejor, ni peor, solo diferente luz, diferente sombra.
Soy profano en arquitectura pero creo recordar que en las catedrales góticas de Occidente la belleza reside en la altura de los tejados, en la audacia de las agujas que penetran en el cielo. Por el contrario, en los templos de Oriente, los edificios quedan aplastados bajo unas enormes tejas y su estructura desaparece por completo en la sombra profunda y vasta que proyectan los aleros. Visto desde fuera: Templos, Palacios y residencias comunes, lo que primero que nos llama la atención es el inmenso tejado, ya esté cubierto de tejas o de cañas, y la densa sombra que reina bajo el alero. En realidad, la belleza de una habitación japonesa, surge en esencia por un juego sobre el grado de intensidad de la sombra, no necesita ningún accesorio. A los occidentales nos sorprende esa desnudez y creemos estar tan sólo ante unos muros grises y desprovistos de cualquier belleza, interpretación muy legítima, pero que demuestra que, como conmuchas personas, como en la misma luna, no hemos captado en absoluto el enigma de la sombra.

viernes, 18 de enero de 2019

Sosa Cáustica

Me llamo Sergi. A los 21 años me dieron, por accidente, sosa cáustica en el bar al que iba a  almorzar al lado del trabajo. Yo había pedido una copa de "vino blanco de la casa". Sobreviví. Ahora trabajo en otro sitio, escribo, surfeo ya más por las olas de la vida que por las del mar y planeo una pequeña revolución interna diaria a través del compromiso y del cariño por y para mi gente. A veces la consigo y a veces la cago.
No sé cómo puede haber personas a las que no le gustan los animales. Será que nunca miran a los ojos. Tal vez  tendrían que tomar un poco de sosa cáustica y también tal vez, aprenderían a apreciar mejor lo bueno de la vida, aquí no estamos para tonterías sino para vivir y dejar vivir. Respeto, cariño y compromiso. Sin errores al servir lo que nos solicitan, sin truncar vidas ni oportunidades. Me llamo Sergi, a los 21 años volví a nacer por tercera vez, supongo que porque aún me quedaba mucho por hacer y descubrir.

viernes, 11 de enero de 2019

Portero

Siempre me gustó jugar de portero. De crío, de joven y de veterano. Creo que en buena parte por ese mito basado en realidad de estar medio locos, pero también por la de particularidad que da ser un especialista y un rebelde, todos corriendo y jugando con los pies y nosotros guardando la posición y jugando básicamente con las manos. Chillida lo explicaba mejor que yo: “Todo lo que he aprendido de escultura, de las distancias, las diferencias, las formas, lo aprendí en el espacio de la línea de una portería” Yo esto lo podría aplicar a la vida, a mi manera de verla y es que desde esa posición aprendes a observar porque ahí la distancia es esencial, porque es o dentro o fuera. Te das cuenta de la perspectiva y ves a todo el equipo, puedes tratar de organizarles, de avisar, de ofrecerles seguridad. El único que ve a todo el equipo es el portero. Los demás van jugando con vista parcial. También es verdad que un fallo tuyo les condena a todos… Ahora ya hace tiempo que no juego, tener la vista cansada me hacía calcular mal y distorsionar las distancias, por otro lado, los golpes al chocar contra el suelo también deben tener fecha de caducidad. Prefiero irme a contemplar el mar, esas macro distancias hasta el infinito enmarcadas entre el cielo y el horizonte; ese murmullo de las olas que nos recuerda que todo lo que llega también se va, y viene y se va…. ¿Dónde irá?

La Sanación Del Mar

Cuando despegas sobre una ola, oscilando sobre un trozo de tabla, eres al mismo tiempo pez y ave. En cada momento de dicha y de temor, se no...