viernes, 17 de septiembre de 2021

Mitos

“No te imaginaba así” me dijo al verme en carne y hueso y tras varias llamadas y varios e-mails. Cuando era niño, durante una etapa llevé a cabo un experimento extraño y bastante patético en el que cerraba los ojos y deseaba con mucha fuerza ser otro, comportarme de otra manera. ¿Quién? Qué sé yo, Indiana Jones o John Lennon. Al principio funcionaba, lo juro, y era como si me viese imbuido por el numen del personaje y me creía más valiente, más audaz, más lo que fuera. Me duraba la cosa unos diez minutos; luego volvía a ser yo, igual de indefinido y brumoso que cualquier otra persona que no se haya transformado aún en personaje. Ni puta idea de por qué lo hacía. Quizá porque no sabía quién era yo, o qué era «el yo», y todavía no lo tengo claro. O quizá era porque no estaba satisfecho con quién era, y sospecho que hoy me sigue pasando lo mismo, con la diferencia de que ya he perdido la esperanza de transmutarme en otro al cerrar los ojos; como mucho, con suerte, aspiro a quedarme dormido. Los referentes y los ídolos se han atomizado y por eso los nuevos héroes duran mucho menos y se nos antojan bastante más corrientes, más patéticos y tristes. Cada vez la impostura da más pereza, cada vez la actitud hace que haya gente más excéntrica y más interesante y más exótica contando su historia, cada vez la sociedad es menos fiel y menos receptiva a los mitos. Cada vez tenemos menos idea de quiénes somos o de adónde vamos. El espíritu del tiempo se vuelve líquido  y por último se torna inevitablemente gaseoso, inasible. Humo. A la próxima persona que exclame al verme que  ”no me imaginaba así”  voy a responderle con la verdad.  Le diré que yo tampoco.

viernes, 27 de agosto de 2021

Jirafas

Nos daremos de bruces con septiembre y la tregua del verano se habrá esfumado. ¿Tregua? Cuando alguien con cara de mandatario, nos dice que hay que estar tranquilos porque la vacuna se va poniendo, la luz se estabilizará y Afganistán seguirá su rumbo… Parece evidente que hay que preocuparse. En noches de tal pelo, conviene recordar que es solo miedo, lento, largo y dentro. ¡Joder! Las malas noticias destruyen el ánimo y el ánimo destruido no genera sino malas noticias, y así a esa pescadilla infernal se le va acabando primero la cola y después el cuerpo. Vale que no es todo ilusión, pero la ilusión cuenta. Y no me refiero a la ilusión inventada de los que mandan, sino a la de cada cual. A pesar de lo que nos quieren hacer creer en sus discursos, la vida de cada uno la ha resuelto siempre cada uno desde que a un mono le dio por estirar las piernas, y es la capacidad individual la que fortalece o desintegra un colectivo y no al revés. Un famosísimo escritor chino cuyo nombre no recuerdo recomendaba ante el abismo del miedo pensar en jirafas. ¿Por qué en jirafas? Le preguntaron. Porque las jirafas no asustan a nadie. Respondió el chino sin inmutarse. Claro está que no vamos salir de todo este lípensando en jirafas, pero pensar en monstruos tampoco parece mejor solución. Y cortarse las venas, menos aún. Anudados por las lianas de una jungla que no acertaremos nunca a entender, y que nadie parece dispuesto a explicarnos, no queda otra que salvarse uno a uno. Pensando en jirafas o en lo que no de la puta gana.  No rendirnos ni venirnos abajo es lo más cerca que podremos llegar a estar de una conciencia tranquila. Sea el mes que sea. No es una sábana bordada, pero igual nos vale para conciliar el sueño.

viernes, 16 de abril de 2021

Cierto

Es cierto, al cabo de cierto tiempo nos morimos. Pero la muerte no nos ha ganado. No ha mostrado ninguna credencial. Nosotros hemos mostrado todas las credenciales. Con el nacimiento, ¿nos ganamos la vida? No realmente, pero de seguro la hija de puta nos tiene atrapados... La muerte me provoca cierto resentimiento, la vida también pues aunque la mimes y la protejas acaban dejándote. Aunque lo que realmente me mosquea mucho más es esto de estar atrapado entre las dos, pero es la única manera de equilibrar las cosas que tenemos,supongo.

viernes, 18 de diciembre de 2020

Sentir

Un abrazo que busca su lugar donde extenderse y encogerse, apretando fuerte, enmudeciemdo el ruido interior de la mente, anulando el sonido exterior que parece como una voz en off disonante y en todo ese trajín, echar de menos la melodía de la sangre recorriendo nuestras venas, saber que sin ella las palabras están incompletas. Cerrar los ojos respirando hondo también es una barandilla. Como lo son las caricias y las raíces mojadas. Como lo es la madera y las manos en danza que gritan en silencio proyectando su sombra entre el cielo y el suelo. Las sinfonías que vuelven y los ojos que tienen alas. Sentir es saber que no estamos solos.

sábado, 28 de noviembre de 2020

Años

Los años pasan, y en muchas ocasiones en vez de añadir algo a nuestras vidas, los muy cabrones nos quitan gran parte de aquello que tenemos; funciona como un grupo de fichas de dominó alineadas  formando un estúpido circuito, siempre es lo mismo: Deseas algo con todas tus fuerzas, durante mucho tiempo, y cuando por fin lo logras, es demasiado tarde, o es menos de lo que imaginabas, o descubres que en el fondo no la deseabas con tanto fervor. Supongo que en gran medida muchos de nuestros sueños son insignificantes cuando se materializan. En cambio, si perdemos algo, ¡Joder! Entonces no hay puto consuelo. Así es la vida. Bueno, ya lo irás sabiendo, pero lo que no podías sospechar es que además todo ocurre con tanta rapidez.

viernes, 13 de noviembre de 2020

Pretérito Perfecto

Lo de tener ya una edad que empiezan a ser dos, me hace pensar que la complicidad con la pantalla que excluía al mundo exterior y permitía al espectador una experiencia personal, intransferible y fuera del tiempo está agonizando. Mal que nos pese, esa densa oscuridad envolvente de una sala de cine está dando sus últimos coletazos. Ver una película en casa, sea en la televisión, o en la pantalla de un ordenador, o en el móvil, es un acto de consumo cuyo fuera de campo es la cotidianidad: los niños que juegan, la cafetera que silba, el desorden en las estanterías, la vida doméstica que lima la abstracción que propone una película, cualquier película. El espectador de hoy, mientras ve una película en su ordenador, come, fuma, twitea, contesta correos, cuelga comentarios en los muros de los amigos. Así son las cosas. La relación entre lo visible y lo invisible se ha modificado. La noche artificial en la que te sumerge una película vista en una sala no tiene ya el carácter sacro que tenía para muchas generaciones de espectadores. Es la banalización del disfrute. Una película en este momento de la historia es un entretenimiento escasamente relevante comparable a unos cromos de un álbum que no nos emocionan especialmente y que se cambian cuando uno ya los tiene repetidos o medio vistos. Las películas ya no modelan nuestros puntos de vista sobre el amor, la política, la historia, las relaciones: han dejado de ser fundamentales. Ignorar esta disminución de la influencia del cine en la vida es algo que no podemos permitirnos ignorar. Ahora somos más de una maratón de series que de un peliculón.  La nostalgia, aunque inevitable, es un error que al ser humano le puede costar la supervivencia. Como en tantas cosas de esta vida, es nuestro deber saber dónde estamos, o intentarlo y avanzar, aunque sea a ciegas y con multitud de traspiés, hacia algo que no conocemos aún, pero que nos va a llevar muy lejos de donde estábamos instalados, ese lugar que fue. Pretérito. Perfecto. Simple.

viernes, 6 de noviembre de 2020

Algoritmos

Cada vez recibimos más publicidad e información , verdadera y falsa,  según lo que decide un algoritmo. ¿Somos libres para elegir o nos están pirateando? ¿Quién nos ha presentado a ese algoritmo y a mí? La respuesta está en Internet, claro.  Busco una buena oferta de una crema de protección solar para que me la traigan a casa,. A las semanas me llega un correo firmado por una prestigiosa web francesa con más de tres millones de suscriptores, no una de esas webs cutres que previa toma de tan solo unos comprimidos, garantizan un extraordinario crecimiento del pene, no. Una seria que afirma que Marion Cotillard, la fenomenal actriz de “La vie en rose”, luce un cutis tan terso gracias a su pasión por los baños helados de asiento. Sí, al parecer, poner unas tres veces al día el perineo on the rocks proporciona solaz, descanso, lozanía y un sinfín más de bondades y Marion Cotillard es, según esta web, una adepta a la práctica del “bain dérivatif”, que así se llama la cosa. Nunca había leído nada del “bain dérivatif” ni conozco a nadie que haya oído hablar del tal baño. Y aunque no tengo el correo de Marion Cotillard, me gustaría preguntarle si ha recibido ella información sobre mi crema de protección facial, no considero necesario reenviarle la información que me ha llegado, porque supongo que ya le habrá llegado por otros lados (y a sus abogados).  Lo que no puedo dejar de preguntarme es en qué estaba pensando el algoritmo que decidió que yo podía picar con un producto semejante. ¿Hay algo en mi historial de búsquedas (restaurantes, viajes, libros de segunda mano) o en las compras que he hecho por Internet (básicamente durante el confinamiento: Bebida, limpieza, congelados, una mesa para teletrabajar medio en condiciones)  que me convierta en carne de cañón para picar con un timo semejante? ¿Por qué yo? En los últimos tiempos, muchas después de simplemente mencionar en una conversación, un tema, un libro, una comida o un paisaje, reciben correos y anuncios que tienen que ver con la conversación que han tenido, aunque hayan sido tan solo mencionados de pasada y nunca hayan sido objeto de una búsqueda activa en la web. El colmo es una persona que soñó con una comida que nunca había probado y al día siguiente recibió vales de descuento para probarla. ¿Nos espían nuestros teléfonos? Realmente es como para sentarse y darse un baño en la entrepierna, por si relaja. Puto algortimo, ya me ha liado…

viernes, 30 de octubre de 2020

Olvido

Avanzamos, distraídos, por una cinta mecánica que lleva al olvido…  A ver,  yo ya era quien soy ahora, no he cambiado mucho, pero con el tiempo sí que he perdido la paciencia, cuando algo no me gusta no lo soporto. Por ejemplo, voy al cine, no me gusta nada la peli y me largo. Pago unos euros y son dinero tirado. En otras épocas sí era capaz de aguantar, ahora no, ahora si no me guste, me voy, y cuando empiezo un libro igual,  según con qué personas no me gusta pararme a charlar como se hace normalmente en los pueblos; ahora ya no soporto qué maneras de perder el tiempo. Verás, estuve 12 días sin poder beber y pasando mucha sed, yo bebía a través de tubos y soñaba en un vaso de agua, incluso algún día estaba más optimista y soñaba en una cerveza bien fría. Esto lo saboreo mucho más que antes. Y quien dice eso, dice salir al aire libre; yo estaba encerrado, no respiraba el aire de la calle. La primera vez que, con los tubos del suero y la batilla verde salí al jardín del Hospital Cínic, la sensación fue impresionante. Mi cuerpo se convirtió en una prisión. Y ahora valoro más la cosa sensorial, por eso mi muro aspira a ser más sensorial y está lleno de cervezas y de vino, de comida. La salud no la valoras hasta que la pierdes. La salud es el olvido del cuerpo. Si tú no piensas en tu cuerpo es que estás bien, pero cuando empiezas a notarte cosas y molestias, es cuando valoras estar bien. Simplemente estar bien, estar cómodo, estar tumbado, esto es prácticamente el máximo, no hay que aspirar a mucho más, puedes leer un buen libro, hacer una buena comida, pegar un par de grandes polvos o lo que sea, pero teniendo esto, no nos podemos quejar. Y ya no por lo que he vivido yo, sino por todo lo que  vi hace años en ese hospital. No valoramos lo que tenemos. Joder!!

viernes, 16 de octubre de 2020

Detalles

Hace poco más de medio año estaba yo dudando entre dos camisas en una de esas tiendas de ropa “casual” regentadas por orientales y que compiten con las franquicias de tiendas de moda que abundan en nuestras ciudades. (Yo creo que la ropa devuelta de toda Europa se vende allí como si fuera de la próxima temporada) cuando el mundo se dio, otra vez, la vuelta. Ni que decir tiene que a mi absurda obsesión por encontrar las siete diferencias entre dos camisas aparentemente idénticas nadie en ese instante le dio importancia, ni siquiera yo. Cosa de la que ahora me arrepiento. Llegó una pandemia. Hay una tendencia equivocada que nos impulsa a separar la historia del detalle, pero, como bien sabe el primer pollo muerto bajo el peso de un fornido paracaidista de la RAF llovido del cielo 26 horas antes del desembarco de Normandía, esta línea historiográfica ha demostrado más de una vez su ineficacia. Por cierto que el paracaidista que mató al pollo se llamaba William Hosbit, pero debido a este extraño accidente pasó a figurar en los márgenes de la historia con el nombre de Bill Chicken Hosbit. Este dato que es una chorrada, por supuesto, se puede comprobar. En fin, como dijo Walter Bazauck, jefe de radiotelegrafistas de la línea de defensa alemana en los territorios ocupados, "cuando una bota enemiga caída del cielo aplasta por sorpresa a un pollo, es que algo está pasando". Nadie le hizo caso, y así es como se unen siempre y tarde,  el detalle, la sorpresa y la historia. El caso es que el otro día estaba dudando entre dos camisas muy similares en una tienda de mi ciudad y mientras comprobaba la costura alrededor de los botones el mundo cambió. No he tenido ocasión de estrenar la camisa, para estar por casa prefiero las camisetas.

viernes, 25 de septiembre de 2020

Miedos

Cuando la vuelta a la rutina no es regreso a ningún sitio, te sientes como un astronauta en medio de una peluquería. Es curioso comprobar cómo se echan de menos sensaciones que no son buenas, pero a las que uno se ha acostumbrado, y cómo sin miedo alguno se duerme bien pero se levanta uno extraño. Te dicen "no tengas miedo sino respeto y prudencia", pero lo hacen con cara de susto, supongo que no acaban de dormir bien. Las ciudades se cierran. En el campo y en la playa uno aprende a conocer los límites de las cosas y es la tierra o es el mar quien manda. Una vez aprendes a ordenar tus prioridades te das cuenta de que no tenías prioridades que ordenar. Al final entiendes que el diablo es tan listo que no vendrá de nuevo con el mismo rostro. Fijo que duerme de puta madre.

viernes, 18 de septiembre de 2020

Raros

Es un error tratar de escribir siempre palabras que te hagan parecer importante, las palabras grandes, es bien sabido, siempre han cuidado de las personas pequeños. Yo, alrededor de ti, en cambio, no escribo nunca nada. No lo necesitas. Tú ya existes sin mí. La gente habla. Yo también... Cierro los ojos y el bloc de notas: Me acuerdo de Ibiza, blanca y dulce. Algo que considerar, incluso ahora. Sobre todo ahora. Desde el corazón y regulado por el ritmo y por la forma, me digo, tratando de enhebrar las palabras precisas y no otras. Qué peligro que corren nuestras ideas cuando nuestras palabras se confunden, o pretenden sin rigor y ajenas a su naturaleza abarcarlo todo. Ojeo la Biblia con incredulidad. Supongo que por eso debió caer Cristo tres veces, por pretender acercar algo de lo suyo a lo nuestro. O para disfrazar el bochorno de sus ridículos milagros. De haber seguido con el agua y el vino y los panes y los peces no hubiese sido nunca un mesías, sino una empresa de catering. La indignidad de mirar de cerca lo indigno nos iguala. Nuestra vulnerabilidad humana también y de esa si que no hay bicho viviente que se salve. Corren tiempos raros. Todos somos raros.

viernes, 4 de septiembre de 2020

¿Vuelta Al Cole?

Los niños son seres muy normales que se convierten poco a poco en nosotros y a menudo, y con demasiada frecuencia, al hablar de educación tiene uno la sensación de que se está hablando de seres extraños, de gente distinta, como si no hubiésemos sido todos hace nada los mismos niños, la misma marea imprecisa, el mismo sólido argumento. A lo largo de mi andadura como padre, hasta hoy, creo que de lo que más he echado en falta es una inteligencia que recuerde. Alguien que aún sepa lo que era exactamente ser un niño, esquivando con ligereza y corazón el drama adulto impuesto sobre la naturaleza inocente que tan a menudo convierte a nuestros hijos, y por culpa de nuestra galopante histeria, en gigantes cargados de problemas prematuros, en pequeños luchadores de sumo. La educación no es otra cosa que la ayuda, que no la forja, que se le puede prestar a una personalidad en desarrollo, y en esos términos se debería mover aquello que al parecer estamos dispuestos a hacer por nuestros pequeños. Desgraciadamente no se encuentra a menudo un rigor parecido entre aquellos que rodean a nuestros hijos. Tampoco nosotros siendo niños encontramos tantos apoyos como pensábamos necesitar, y en eso la vida adulta y la infancia no se decepcionaron mutuamente. Tras el mazazo de esta primavera, empieza un nuevo curso. Ojalá se acabe como los niños merecen.

viernes, 21 de agosto de 2020

Leyendas

De niño, en el barrio, se relataba la aventura de un vecino del que se decía que había sobrevivido a un naufragio flotando durante una semana sobre una puerta. Supongo que vivir al lado del puerto en un entorno humilde, de clase obrera y con pocos lujos por no decir ninguno, fomenta la imaginación, las habladurías y las leyendas. Y creo también que en los pueblos y aldeas más recónditos del planeta a día de hoy sigue siendo así. Sin Internet, sin televisión sólo queda la conversación y la compañía física. Juegos para los críos en la calle y poco más... O tal vez debiera decir todo eso. Desconozco quién era el vecino en cuestión, incluso si la peripecia acaeció de verdad, pero no dejo de meditar en ese hombre, azul y agua, negro y agua, asido a una puerta por la que no es posible huir.

viernes, 14 de agosto de 2020

Sueños

Solo nosotros ignoramos el sentido de nuestros sueños. Imagino que de igual manera ignoramos el origen y el destino y hasta la razón o la causa de nuestras Impresiones. Los  nombres que elegimos caprichosamente para los caballos, los perros, las casas y el resto de nuestras cosas cumplen con rigor su destino y su función, luego la vida nos recuerda cuánto hay de arbitrario en cada una de nuestras decisiones, qué margen le corresponde a la libertad y qué margen a cada condena, qué poco lugar nos queda entre lo que ya ha aprendido a vivir y a morir sin nosotros. Al hacerlo, como no podría ser de otro modo, nos enfrenta con lo extraño que resulta nombrar con tanto esmero aquello que se acabará perdiendo. La buena escritura no sana ni devuelve la vida, pero ayuda a comprender. La ficción no espanta a la realidad ni la transforma, pero la acompaña y la completa. Todos los versos que merecen tal nombre nos exigen una capacidad que sin ellos podríamos dar por perdida o, peor aún, por desconocida. Recordar entre el afecto sin negar el dolor es una buena herramienta para seguir viviendo, y yo la he encontrado o reencontrado entre estos meses de libertad confinada. Hace meses que no recuerdo ni uno de mis sueños, tal vez siguen de cuarentena.

viernes, 7 de agosto de 2020

Colibrí

¿Cual podría ser el reto máximo, la más grande y suprema voluntad de un artista de las palabras? Y no hablo solo de poetas, escritores, letristas musicales, formadores corporativos de cerebrines, etc... Creo que el reto máximo de cualquier que pretenda comunicar, es ayudar a descubrir, lograr que las certezas se desvanezcan y que las dudas empujen a la búsqueda. Los tiempos y la vida está cambiando de tal manera que resulta casi imposible que lo que hace dos años era válido ahora sea mínimante eficaz. Adaptarnos desde la confianza y no el resquemor o el miedo. Desaprender para aprender casi tanto como seamos capaces. Escuchad al colibrí cuyas alas no podemos ver. En serio, escuchad al colibrí no me escuchéis a mí, porque ese aleteo invisible es lo que habita en las palabras y en el espíritu de todo cuanto yo pretendo decir o escribir.

viernes, 31 de julio de 2020

Amistades

El vaho en el cristal y la formidable seriedad de nuestro dedo al escribir en él lo importante, o al menos con desvergonzada importancia. De críos eso era una puta gozada. El afán por descubrir y descubrirnos, el impulso natural de imaginarnos de maneras formidables, sin el rencor que inevitablemente produce el constatar la cifra real de lo que finalmente somos. Supongo que esa dedicación primera por el descubrimiento de las cosas es lo que convierte un tiempo en importante y que el cansancio posterior va robándole a cada cosa su alma hasta que la amistad se convierte en casi el único consuelo. La vida adulta se va llenando de amistades hasta hacerse soportable, el tiempo entre personas amigas parece lo que cuenta y la soledad tan útil antaño aparece de pronto inaceptable. Si antes nos recluíamos lejos de los amigos para abordar tareas que nos parecían esenciales, ahora el cansancio nos devuelve a los amigos y no deseamos escamotearle nada a los momentos dedicados al disfrute de los otros, y por reflejo a lo mejor de nosotros. Imagino que es por eso por lo que suponemos el cielo entre otras almas y sin más ocupación, ni más pasiones, que la mera compañía. De hecho, ni siquiera el infierno resulta aterrador si se asegura uno de una compañía agradable.

viernes, 17 de julio de 2020

Hablar

Me gusta hablar con Sergi, es un soñador, un deportista, es un perezoso hijo de puta que vive en un traje de piel, en un traje cosido a base de sentimientos y piel, y eso no acostumbra a estar de moda. Pero dice lo que yo le digo, aunque no siempre esté de acuerdo ni mis palabras sean bien recibidas, él no tiene la libertad para negarse. Tampoco la necesita. A veces tan poco que decir y tan urgente decirlo.
Mis amigos me dicen que no me preocupe, que tarde o tempranos se cansará y se irá, pero el tío llega y me insiste en que le acompañe al terrado y me cuenta su plan de falsificar la luna. Dice que ella es la única que sabe que el amor verdadero es lo que pasa entre dos personas que ya no necesitan conocerse. Tal vez tenga razón y estas cosas sea mejor que no lleguen a saberse.

viernes, 3 de julio de 2020

Amor De Verano

Ya está aquí el verano y con él sus enamoramientos. ¿Cómo se reconoce ese verdadero amor del que nos cantan los poetas? De pronto caes de la piel al alma. Cesa la duda. Tienes la certeza total de que tu pareja es el complemento que desde siempre te había estado reservado. Decía Camus: "No ser amados es una simple desventura; la verdadera desgracia es no amar'"... Vale, pero ¿Podemos prepararnos para amar? A ver, puedes trabajar tus ideas, tal como trabajas para crear una espada. Los sentimientos no los creas ni los eliminas, son. La fruta crece en la rama, naturalmente. Todos amamos, pero no todos damos ese amor. Gran cantidad se queda encerrado en un búnker cardíaco, intercambiando imitaciones de amor.
El sexo, separado del sentimiento y del espíritu, es una necesidad animal, pero sin ánima. Al amor humano se llega avanzando por grados: compañía animal, hecha de costumbres; goce sexual egoísta, nunca satisfecho, que pide más y más; angustia emocional, que comienza por pedir ser amad@ o por ser el único amado; ilusiones mentales, que desean, en un mundo donde todo es ilusión, encontrar la ilusión más bella. Hasta que un día surge, venido de las profundidades del Cosmos, el Amor Mágico, inimaginable, impensable, intransformable. Capital, total, sin límites, eterno. Inundación de la belleza divina, bálsamo que nos consuela de parecer morir, convenciéndonos que nada comienza ni nada termina, que el amor es un fluir eterno.
En definitiva, el amor verdadero es el encuentro de dos amores. No confundamos el amor con el esfuerzo que haces para que exista. Una chica me susurró hace años: "Antes de encontrarte ya eras el hombre de mi vida" yo sonreí y le susurré entre besos y gemidos de placer: "Tú eres la mujer de todas mis vidas"... Fue una etapa bonita. Pero no era verano.


viernes, 19 de junio de 2020

Noche

Saltamos de fase en fase entre confusos y encogidos.
Es solo miedo, miedo lento y largo, dentro de una larga noche... cuando la noche debiera ser una sábana bordada. Cuando alguien con cara de preocupado, nos dice que hay que estar tranquilos parece evidente que hay que preocuparse. Tomar todas las precauciones posibles.
Las malas noticias destruyen el ánimo y el ánimo destruido no genera sino malas noticias, y así a esa pescadilla infernal se le va acabando primero la cola y después el cuerpo de tanto meterlo en la boca.
Vale que no es todo ilusión, pero la ilusión cuenta. Y no me refiero a la ilusión de los susodichos mandatarios, sino a la de cada uno y cada cual.
A pesar de lo que nos quieren hacer creer en sus discursos, la vida de cada uno la ha resuelto siempre cada uno desde que a un mono le dio por estirar las piernas, y es la capacidad individual la que fortalece o desintegra un colectivo. Cada uno debe ser responsable de sus cosas y de no joder al prójimo.
Después de esta pandemia, con un poco de suerte, tal vez podamos responder algún día cada uno de nosotros "Hice lo correcto". Es lo más cerca que podremos llegar a estar de una conciencia tranquila.
No es una sábana bordada, pero servirá para conciliar el sueño.

viernes, 12 de junio de 2020

Trencadís

La mente humana es una especie de microscópico conjunto de piezas enlazadas entre si, al estilo de los mosaicos de Gaudí. Cuando vives en confinamiento acabas por hacer cosas que ni imaginabas hacer. Al cabo de unas semanas le vas dando vueltas a casi todo. Yo al final he comprendido que somos sordos y ciegos, que venimos de la noche para volver a la noche sin saber nada de nuestro destino. Ahora he sentido por vez primera la intuición profunda de que el pasado no es un lugar estable sino cambiante, permanentemente alterado por el futuro, y de que por tanto nada de lo ya acontecido es irreversible, ni tan siquiera el destino. Hay personas que incluso en pleno bullicio, viven confinadas en lo más profundo de su mente y que ya no salen de allí jamás, tampoco entra nadie pero que en su único y solitario mundo logran ofrecer luz a alguien más.

La Sanación Del Mar

Cuando despegas sobre una ola, oscilando sobre un trozo de tabla, eres al mismo tiempo pez y ave. En cada momento de dicha y de temor, se no...