Existe una clase de besos que es especial. Es única. Es de esos que no se pueden comprar, ni pedir, ni robar, simplemente o te los mereces y te los dan o te quedas con las ganas de disfrutarlos. Es el beso de un hijo o de una hija, vamos. Esos que te plantan cuando menos te lo esperas. Son de esos que uno no se los puede comer todos de una sentada. De hecho ese beso es como el bomboncillo de chocolate que te dejan en los hoteles para las noches. Es uno solo, sí, pero te deja lleno…
La comunicación que se establece entre lo que uno dice y lo que los demás entienden queda en ocasiones frenada por el impacto de la interpretación que cada uno hace de las palabras, de las ideas, de los textos... Si traspasamos la cuarta pared el diálogo será más fluído. Que todo fluya pues...
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Todo se repite eternamente: el día y la noche, el verano y el invierno…, el mundo está vacío y no tiene sentido. Todo se mueve en círculos....
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“Au bout de soufflé”… Si lo lees rápido parece que se refiera a uno de esos platos de recargado nombre, amplio plato y escasa comida. Nada m...
Cierto Sergi, así son, yo no lo habría descrito mejor
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