viernes, 27 de agosto de 2021

Jirafas

Nos daremos de bruces con septiembre y la tregua del verano se habrá esfumado. ¿Tregua? Cuando alguien con cara de mandatario, nos dice que hay que estar tranquilos porque la vacuna se va poniendo, la luz se estabilizará y Afganistán seguirá su rumbo… Parece evidente que hay que preocuparse. En noches de tal pelo, conviene recordar que es solo miedo, lento, largo y dentro. ¡Joder! Las malas noticias destruyen el ánimo y el ánimo destruido no genera sino malas noticias, y así a esa pescadilla infernal se le va acabando primero la cola y después el cuerpo. Vale que no es todo ilusión, pero la ilusión cuenta. Y no me refiero a la ilusión inventada de los que mandan, sino a la de cada cual. A pesar de lo que nos quieren hacer creer en sus discursos, la vida de cada uno la ha resuelto siempre cada uno desde que a un mono le dio por estirar las piernas, y es la capacidad individual la que fortalece o desintegra un colectivo y no al revés. Un famosísimo escritor chino cuyo nombre no recuerdo recomendaba ante el abismo del miedo pensar en jirafas. ¿Por qué en jirafas? Le preguntaron. Porque las jirafas no asustan a nadie. Respondió el chino sin inmutarse. Claro está que no vamos salir de todo este lípensando en jirafas, pero pensar en monstruos tampoco parece mejor solución. Y cortarse las venas, menos aún. Anudados por las lianas de una jungla que no acertaremos nunca a entender, y que nadie parece dispuesto a explicarnos, no queda otra que salvarse uno a uno. Pensando en jirafas o en lo que no de la puta gana.  No rendirnos ni venirnos abajo es lo más cerca que podremos llegar a estar de una conciencia tranquila. Sea el mes que sea. No es una sábana bordada, pero igual nos vale para conciliar el sueño.

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...