viernes, 29 de septiembre de 2023

Las Redes

El silencio y la privacidad se han convertido en lujos de excéntricos. No hace falta largarse a una isla privada, de hecho casi nadie en la Tierra puede hacerlo y si puede, bueno…. A costa de cómo estará conciencia. Lo que yo me refiero tiene más que ver con lo que hacían los místicos, un especie de encierro en la cárcel interior. Puedes estar rodeado de gente y ruido pero solo y tranquilo. Soportar la marea del mundo es una cuestión de voluntad, de resistencia personal. Las redes me parecen un mecanismo de venta sin sentido valioso. Sé que el mundo va por ahí y que la cosa se ha hecho ya indomable, pero la mayor parte del tiempo, incluso cuando también uso las redes, lo que realmente quiero es que me dejen tranquilo. Vele decir que también he dado con personas increíbles todos estos años, referencias, apoyos, incluso amistades sinceras no solo virtuales. No creo en las musas. La puta pandemia aparte de cambiarnos la vida en muchos conceptos, fue un enorme puñado de obras mediocres, pesados tocando el ukelele en el balcón, lugares comunes. Puede que porque ya venía de estar cerca de personas que estaban enfermas de antes y con otra enfermedad que no estaba de moda, pero cuando oigo eso de  “lo escribí en pandemia”, “me encontré a mí mismo”, pienso: “Joder, haberte buscado antes”. Para ello hace falta silencio, privacidad y menos redes.

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...