jueves, 28 de abril de 2011

Inventar

Lo dice la persona que representa la butaca K de la Real Academia, es una escritora excelente que se llama Ana María Matute y que rinde constante tributo al relato corto y al largo, a contar cosas: "La única verdad es todo lo que me he inventado en la vida, el que no inventa no vive”. Y mira, yo me la creo.


Todo lo que decimos ya se ha dicho antes. Cuando saludamos con un “buenos días” alguien lo ha dicho ya millones de millones de veces, pero ese saludo tan breve, si es sincero, se nos antoja original. Como hecho para la persona a la que va dirigido. Juntamos frases, buscamos ideas, fabricamos mundos paralelos y de alguna manera, en alguna parte, alguien ya hizo todo eso. Tal vez inventar sea la forma de disuadir esa realidad que nos viene de serie y que teniendo que ser será. O quizás simplemente sea otra manera de ver la misma realidad. A fin de cuentas existen dos tipos de mentes: Las que están dispuestas a inventar historias y las que están dispuestas a creerlas. Así de simple. Así de ya inventado: Y que el lago parezca mar, que el viento sirva de abrigo, todo se vuelve a inventar al compartirlo contigo. Oh, yeaaaah... Ya está todo dicho.

martes, 19 de abril de 2011

La Caja de Música

La vida puede ser justo lo mismo y a la vez completamente todo lo contrario a una de esas cajas de música con bailarina que se usan para guardar cosas y que dan un poco de miedo, la verdad. En estas cajas,  si la bailarina deja de bailar la música también se para. En la vida, normalmente, si caes y paras de bailar la música sigue impasible a su ritmo, eso si, en ambos casos alzas los brazos para bailar, pero muchas veces terminas bailando solo y todo lo que de valor tenías guardado dentro de ti desaparece, haga lo que haga la música.  

jueves, 14 de abril de 2011

La Séptima Ola

Sentado en el pequeño acantilado que delimita la playa grande de Sa Riera con la mini cala del Recó, en un día despejado, se ve sin dificultad la Bahía de Rosas y la silueta de Port Bou. Se contemplan diversas tonalidades de arena y las blancas lenguas de sal espumosas. Mi mirada se adentra en el mar hasta la línea horizontal que divide el azul claro del oscuro, el cielo del agua. Si no sabes lo bonito que es esto tienes que venir a conocerlo sin falta. Este sitio es ideal para tomar tu dimensión real en el mundo. Sabes a qué escala estás hecho. Y es una hermosa manera de esperar de forma activa pero en silencio la séptima ola. Sí, aquí se vive de cerca la historia de la indómita séptima ola. Las primeras seis son previsibles y equilibradas. Se condicionan unas a otras, se basan unas en otras, no deparan sorpresas. Mantienen la continuidad. Seis intentos, por más diferentes que parezcan vistos de lejos, seis intentos... y siempre el mismo destino.


Entonces llega la séptima ola. Ella es imprevisible. Durante mucho tiempo pasa inadvertida, participa en el monótono proceso, se adapta a sus predecesoras. Pero a veces estalla. Siempre ella, siempre la séptima. Porque es despreocupada, inocente, rebelde, barre con todo, lo cambia todo. Para ella no existe el antes, sólo el ahora. Y después todo es distinto. ¿Mejor o peor? Eso sólo pueden decirlo quienes fueron arrastrados por ella, quienes tuvieron el coraje de enfrentarla, de dejarse cautivar. De descender el camino de piedras escarpadas del acantilado y adentrarse desde la orilla hasta el mar…

viernes, 8 de abril de 2011

Estrella Fugaz

Cuando el cielo se despeja, por la noche se pone su traje azul oscuro lleno de lentejuelas. Te quedas alelado mirándole como buscando respuestas o buscando preguntas o… simplemente alelado capturado por su inmensidad solo comparable a… a nada. De repente te parece ver algo que se mueve con rapidez e inusitado brillo y te enganchas a la estela de una estrella fugaz.

No sé, yo creo que en el fondo esas estrellas fugaces no son tales, que son en realidad unos momentos que duran a penas un suspiro pero que pueden llenarte de ilusión una eternidad. Me gustaría convertirme en estrella fugaz de alguien, ser capaz de generar esa cantidad enorme de luz y de ganas en forma de deseo contenido. Cuando se nos acaba el verbo, la acción y la idea solo nos queda la ilusión de que todo pase rápido y se solucione. Nace entonces otra estrella fugaz, hecha de silencio y de sueños. Pura magia en ebullición. ¿Mirarás al cielo esta noche? Venga, yo invito...






sábado, 2 de abril de 2011

De narices

Modernos estudios de medicina deportiva indican que es mucho más sano respirar por la nariz que hacerlo por la boca.  El cuerpo se prepara mejor para los esfuerzos y no gasta energías sino que las autopropulsa. Bien. Parece ser que al hacerlo así, nuestro organismo que va con una equipación de serie alucinante, nos evita introducir un montón de porquerías e impurezas, algunas de ellas tan molestas que son expulsadas cagando leches de nuestro cuerpo (Esto es a unos 170 km/hora) mediante el estornudo. Es como si tuviésemos a un portero de discoteca en nuestra napia que decide quien entra y quien no, y si alguien se cuela con dudosa pinta pues va y lo expulsa.

Cuentan los estudios que nuestra trompa no se limita a ello, tiene un termostato incorporado que no se traga el aire como venga, no, en invierno lo calienta y en verano lo refresca para que los pulmones lo reciban como se merecen. “Al dente”. Dicho termostato no consiste en alto material tecnológico, de hecho es algo más… viscoso: El moco, tipo de dudosa fama pero que consigue incrementar la humedad del aire que nos enchufamos y que cuando acaba su trabajo se baja al estómago donde es eliminado con resignación. A veces se va de marcha y es aniquilado vía Kleenex. Triste manera de agradecerle los servicios prestados.

Si un caballo, después de un gran esfuerzo, se limita a tomar y echar aire por sus fosas nasales y con la boca cerrada, tal vez los humanos deberíamos hacer lo mismo. La nariz para respirar y la boca para hablar, comer y besar. Y es que la naturaleza es sabia, a caso algo tosca en sus maneras pero lista como nadie, y eso no es moco de pavo.  Es vida. Dicen que en boca cerrada... no entran moscas.   

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...