viernes, 18 de diciembre de 2020

Sentir

Un abrazo que busca su lugar donde extenderse y encogerse, apretando fuerte, enmudeciemdo el ruido interior de la mente, anulando el sonido exterior que parece como una voz en off disonante y en todo ese trajín, echar de menos la melodía de la sangre recorriendo nuestras venas, saber que sin ella las palabras están incompletas. Cerrar los ojos respirando hondo también es una barandilla. Como lo son las caricias y las raíces mojadas. Como lo es la madera y las manos en danza que gritan en silencio proyectando su sombra entre el cielo y el suelo. Las sinfonías que vuelven y los ojos que tienen alas. Sentir es saber que no estamos solos.

sábado, 28 de noviembre de 2020

Años

Los años pasan, y en muchas ocasiones en vez de añadir algo a nuestras vidas, los muy cabrones nos quitan gran parte de aquello que tenemos; funciona como un grupo de fichas de dominó alineadas  formando un estúpido circuito, siempre es lo mismo: Deseas algo con todas tus fuerzas, durante mucho tiempo, y cuando por fin lo logras, es demasiado tarde, o es menos de lo que imaginabas, o descubres que en el fondo no la deseabas con tanto fervor. Supongo que en gran medida muchos de nuestros sueños son insignificantes cuando se materializan. En cambio, si perdemos algo, ¡Joder! Entonces no hay puto consuelo. Así es la vida. Bueno, ya lo irás sabiendo, pero lo que no podías sospechar es que además todo ocurre con tanta rapidez.

viernes, 13 de noviembre de 2020

Pretérito Perfecto

Lo de tener ya una edad que empiezan a ser dos, me hace pensar que la complicidad con la pantalla que excluía al mundo exterior y permitía al espectador una experiencia personal, intransferible y fuera del tiempo está agonizando. Mal que nos pese, esa densa oscuridad envolvente de una sala de cine está dando sus últimos coletazos. Ver una película en casa, sea en la televisión, o en la pantalla de un ordenador, o en el móvil, es un acto de consumo cuyo fuera de campo es la cotidianidad: los niños que juegan, la cafetera que silba, el desorden en las estanterías, la vida doméstica que lima la abstracción que propone una película, cualquier película. El espectador de hoy, mientras ve una película en su ordenador, come, fuma, twitea, contesta correos, cuelga comentarios en los muros de los amigos. Así son las cosas. La relación entre lo visible y lo invisible se ha modificado. La noche artificial en la que te sumerge una película vista en una sala no tiene ya el carácter sacro que tenía para muchas generaciones de espectadores. Es la banalización del disfrute. Una película en este momento de la historia es un entretenimiento escasamente relevante comparable a unos cromos de un álbum que no nos emocionan especialmente y que se cambian cuando uno ya los tiene repetidos o medio vistos. Las películas ya no modelan nuestros puntos de vista sobre el amor, la política, la historia, las relaciones: han dejado de ser fundamentales. Ignorar esta disminución de la influencia del cine en la vida es algo que no podemos permitirnos ignorar. Ahora somos más de una maratón de series que de un peliculón.  La nostalgia, aunque inevitable, es un error que al ser humano le puede costar la supervivencia. Como en tantas cosas de esta vida, es nuestro deber saber dónde estamos, o intentarlo y avanzar, aunque sea a ciegas y con multitud de traspiés, hacia algo que no conocemos aún, pero que nos va a llevar muy lejos de donde estábamos instalados, ese lugar que fue. Pretérito. Perfecto. Simple.

viernes, 6 de noviembre de 2020

Algoritmos

Cada vez recibimos más publicidad e información , verdadera y falsa,  según lo que decide un algoritmo. ¿Somos libres para elegir o nos están pirateando? ¿Quién nos ha presentado a ese algoritmo y a mí? La respuesta está en Internet, claro.  Busco una buena oferta de una crema de protección solar para que me la traigan a casa,. A las semanas me llega un correo firmado por una prestigiosa web francesa con más de tres millones de suscriptores, no una de esas webs cutres que previa toma de tan solo unos comprimidos, garantizan un extraordinario crecimiento del pene, no. Una seria que afirma que Marion Cotillard, la fenomenal actriz de “La vie en rose”, luce un cutis tan terso gracias a su pasión por los baños helados de asiento. Sí, al parecer, poner unas tres veces al día el perineo on the rocks proporciona solaz, descanso, lozanía y un sinfín más de bondades y Marion Cotillard es, según esta web, una adepta a la práctica del “bain dérivatif”, que así se llama la cosa. Nunca había leído nada del “bain dérivatif” ni conozco a nadie que haya oído hablar del tal baño. Y aunque no tengo el correo de Marion Cotillard, me gustaría preguntarle si ha recibido ella información sobre mi crema de protección facial, no considero necesario reenviarle la información que me ha llegado, porque supongo que ya le habrá llegado por otros lados (y a sus abogados).  Lo que no puedo dejar de preguntarme es en qué estaba pensando el algoritmo que decidió que yo podía picar con un producto semejante. ¿Hay algo en mi historial de búsquedas (restaurantes, viajes, libros de segunda mano) o en las compras que he hecho por Internet (básicamente durante el confinamiento: Bebida, limpieza, congelados, una mesa para teletrabajar medio en condiciones)  que me convierta en carne de cañón para picar con un timo semejante? ¿Por qué yo? En los últimos tiempos, muchas después de simplemente mencionar en una conversación, un tema, un libro, una comida o un paisaje, reciben correos y anuncios que tienen que ver con la conversación que han tenido, aunque hayan sido tan solo mencionados de pasada y nunca hayan sido objeto de una búsqueda activa en la web. El colmo es una persona que soñó con una comida que nunca había probado y al día siguiente recibió vales de descuento para probarla. ¿Nos espían nuestros teléfonos? Realmente es como para sentarse y darse un baño en la entrepierna, por si relaja. Puto algortimo, ya me ha liado…

viernes, 30 de octubre de 2020

Olvido

Avanzamos, distraídos, por una cinta mecánica que lleva al olvido…  A ver,  yo ya era quien soy ahora, no he cambiado mucho, pero con el tiempo sí que he perdido la paciencia, cuando algo no me gusta no lo soporto. Por ejemplo, voy al cine, no me gusta nada la peli y me largo. Pago unos euros y son dinero tirado. En otras épocas sí era capaz de aguantar, ahora no, ahora si no me guste, me voy, y cuando empiezo un libro igual,  según con qué personas no me gusta pararme a charlar como se hace normalmente en los pueblos; ahora ya no soporto qué maneras de perder el tiempo. Verás, estuve 12 días sin poder beber y pasando mucha sed, yo bebía a través de tubos y soñaba en un vaso de agua, incluso algún día estaba más optimista y soñaba en una cerveza bien fría. Esto lo saboreo mucho más que antes. Y quien dice eso, dice salir al aire libre; yo estaba encerrado, no respiraba el aire de la calle. La primera vez que, con los tubos del suero y la batilla verde salí al jardín del Hospital Cínic, la sensación fue impresionante. Mi cuerpo se convirtió en una prisión. Y ahora valoro más la cosa sensorial, por eso mi muro aspira a ser más sensorial y está lleno de cervezas y de vino, de comida. La salud no la valoras hasta que la pierdes. La salud es el olvido del cuerpo. Si tú no piensas en tu cuerpo es que estás bien, pero cuando empiezas a notarte cosas y molestias, es cuando valoras estar bien. Simplemente estar bien, estar cómodo, estar tumbado, esto es prácticamente el máximo, no hay que aspirar a mucho más, puedes leer un buen libro, hacer una buena comida, pegar un par de grandes polvos o lo que sea, pero teniendo esto, no nos podemos quejar. Y ya no por lo que he vivido yo, sino por todo lo que  vi hace años en ese hospital. No valoramos lo que tenemos. Joder!!

viernes, 16 de octubre de 2020

Detalles

Hace poco más de medio año estaba yo dudando entre dos camisas en una de esas tiendas de ropa “casual” regentadas por orientales y que compiten con las franquicias de tiendas de moda que abundan en nuestras ciudades. (Yo creo que la ropa devuelta de toda Europa se vende allí como si fuera de la próxima temporada) cuando el mundo se dio, otra vez, la vuelta. Ni que decir tiene que a mi absurda obsesión por encontrar las siete diferencias entre dos camisas aparentemente idénticas nadie en ese instante le dio importancia, ni siquiera yo. Cosa de la que ahora me arrepiento. Llegó una pandemia. Hay una tendencia equivocada que nos impulsa a separar la historia del detalle, pero, como bien sabe el primer pollo muerto bajo el peso de un fornido paracaidista de la RAF llovido del cielo 26 horas antes del desembarco de Normandía, esta línea historiográfica ha demostrado más de una vez su ineficacia. Por cierto que el paracaidista que mató al pollo se llamaba William Hosbit, pero debido a este extraño accidente pasó a figurar en los márgenes de la historia con el nombre de Bill Chicken Hosbit. Este dato que es una chorrada, por supuesto, se puede comprobar. En fin, como dijo Walter Bazauck, jefe de radiotelegrafistas de la línea de defensa alemana en los territorios ocupados, "cuando una bota enemiga caída del cielo aplasta por sorpresa a un pollo, es que algo está pasando". Nadie le hizo caso, y así es como se unen siempre y tarde,  el detalle, la sorpresa y la historia. El caso es que el otro día estaba dudando entre dos camisas muy similares en una tienda de mi ciudad y mientras comprobaba la costura alrededor de los botones el mundo cambió. No he tenido ocasión de estrenar la camisa, para estar por casa prefiero las camisetas.

viernes, 25 de septiembre de 2020

Miedos

Cuando la vuelta a la rutina no es regreso a ningún sitio, te sientes como un astronauta en medio de una peluquería. Es curioso comprobar cómo se echan de menos sensaciones que no son buenas, pero a las que uno se ha acostumbrado, y cómo sin miedo alguno se duerme bien pero se levanta uno extraño. Te dicen "no tengas miedo sino respeto y prudencia", pero lo hacen con cara de susto, supongo que no acaban de dormir bien. Las ciudades se cierran. En el campo y en la playa uno aprende a conocer los límites de las cosas y es la tierra o es el mar quien manda. Una vez aprendes a ordenar tus prioridades te das cuenta de que no tenías prioridades que ordenar. Al final entiendes que el diablo es tan listo que no vendrá de nuevo con el mismo rostro. Fijo que duerme de puta madre.

viernes, 18 de septiembre de 2020

Raros

Es un error tratar de escribir siempre palabras que te hagan parecer importante, las palabras grandes, es bien sabido, siempre han cuidado de las personas pequeños. Yo, alrededor de ti, en cambio, no escribo nunca nada. No lo necesitas. Tú ya existes sin mí. La gente habla. Yo también... Cierro los ojos y el bloc de notas: Me acuerdo de Ibiza, blanca y dulce. Algo que considerar, incluso ahora. Sobre todo ahora. Desde el corazón y regulado por el ritmo y por la forma, me digo, tratando de enhebrar las palabras precisas y no otras. Qué peligro que corren nuestras ideas cuando nuestras palabras se confunden, o pretenden sin rigor y ajenas a su naturaleza abarcarlo todo. Ojeo la Biblia con incredulidad. Supongo que por eso debió caer Cristo tres veces, por pretender acercar algo de lo suyo a lo nuestro. O para disfrazar el bochorno de sus ridículos milagros. De haber seguido con el agua y el vino y los panes y los peces no hubiese sido nunca un mesías, sino una empresa de catering. La indignidad de mirar de cerca lo indigno nos iguala. Nuestra vulnerabilidad humana también y de esa si que no hay bicho viviente que se salve. Corren tiempos raros. Todos somos raros.

viernes, 4 de septiembre de 2020

¿Vuelta Al Cole?

Los niños son seres muy normales que se convierten poco a poco en nosotros y a menudo, y con demasiada frecuencia, al hablar de educación tiene uno la sensación de que se está hablando de seres extraños, de gente distinta, como si no hubiésemos sido todos hace nada los mismos niños, la misma marea imprecisa, el mismo sólido argumento. A lo largo de mi andadura como padre, hasta hoy, creo que de lo que más he echado en falta es una inteligencia que recuerde. Alguien que aún sepa lo que era exactamente ser un niño, esquivando con ligereza y corazón el drama adulto impuesto sobre la naturaleza inocente que tan a menudo convierte a nuestros hijos, y por culpa de nuestra galopante histeria, en gigantes cargados de problemas prematuros, en pequeños luchadores de sumo. La educación no es otra cosa que la ayuda, que no la forja, que se le puede prestar a una personalidad en desarrollo, y en esos términos se debería mover aquello que al parecer estamos dispuestos a hacer por nuestros pequeños. Desgraciadamente no se encuentra a menudo un rigor parecido entre aquellos que rodean a nuestros hijos. Tampoco nosotros siendo niños encontramos tantos apoyos como pensábamos necesitar, y en eso la vida adulta y la infancia no se decepcionaron mutuamente. Tras el mazazo de esta primavera, empieza un nuevo curso. Ojalá se acabe como los niños merecen.

viernes, 21 de agosto de 2020

Leyendas

De niño, en el barrio, se relataba la aventura de un vecino del que se decía que había sobrevivido a un naufragio flotando durante una semana sobre una puerta. Supongo que vivir al lado del puerto en un entorno humilde, de clase obrera y con pocos lujos por no decir ninguno, fomenta la imaginación, las habladurías y las leyendas. Y creo también que en los pueblos y aldeas más recónditos del planeta a día de hoy sigue siendo así. Sin Internet, sin televisión sólo queda la conversación y la compañía física. Juegos para los críos en la calle y poco más... O tal vez debiera decir todo eso. Desconozco quién era el vecino en cuestión, incluso si la peripecia acaeció de verdad, pero no dejo de meditar en ese hombre, azul y agua, negro y agua, asido a una puerta por la que no es posible huir.

viernes, 14 de agosto de 2020

Sueños

Solo nosotros ignoramos el sentido de nuestros sueños. Imagino que de igual manera ignoramos el origen y el destino y hasta la razón o la causa de nuestras Impresiones. Los  nombres que elegimos caprichosamente para los caballos, los perros, las casas y el resto de nuestras cosas cumplen con rigor su destino y su función, luego la vida nos recuerda cuánto hay de arbitrario en cada una de nuestras decisiones, qué margen le corresponde a la libertad y qué margen a cada condena, qué poco lugar nos queda entre lo que ya ha aprendido a vivir y a morir sin nosotros. Al hacerlo, como no podría ser de otro modo, nos enfrenta con lo extraño que resulta nombrar con tanto esmero aquello que se acabará perdiendo. La buena escritura no sana ni devuelve la vida, pero ayuda a comprender. La ficción no espanta a la realidad ni la transforma, pero la acompaña y la completa. Todos los versos que merecen tal nombre nos exigen una capacidad que sin ellos podríamos dar por perdida o, peor aún, por desconocida. Recordar entre el afecto sin negar el dolor es una buena herramienta para seguir viviendo, y yo la he encontrado o reencontrado entre estos meses de libertad confinada. Hace meses que no recuerdo ni uno de mis sueños, tal vez siguen de cuarentena.

viernes, 7 de agosto de 2020

Colibrí

¿Cual podría ser el reto máximo, la más grande y suprema voluntad de un artista de las palabras? Y no hablo solo de poetas, escritores, letristas musicales, formadores corporativos de cerebrines, etc... Creo que el reto máximo de cualquier que pretenda comunicar, es ayudar a descubrir, lograr que las certezas se desvanezcan y que las dudas empujen a la búsqueda. Los tiempos y la vida está cambiando de tal manera que resulta casi imposible que lo que hace dos años era válido ahora sea mínimante eficaz. Adaptarnos desde la confianza y no el resquemor o el miedo. Desaprender para aprender casi tanto como seamos capaces. Escuchad al colibrí cuyas alas no podemos ver. En serio, escuchad al colibrí no me escuchéis a mí, porque ese aleteo invisible es lo que habita en las palabras y en el espíritu de todo cuanto yo pretendo decir o escribir.

viernes, 31 de julio de 2020

Amistades

El vaho en el cristal y la formidable seriedad de nuestro dedo al escribir en él lo importante, o al menos con desvergonzada importancia. De críos eso era una puta gozada. El afán por descubrir y descubrirnos, el impulso natural de imaginarnos de maneras formidables, sin el rencor que inevitablemente produce el constatar la cifra real de lo que finalmente somos. Supongo que esa dedicación primera por el descubrimiento de las cosas es lo que convierte un tiempo en importante y que el cansancio posterior va robándole a cada cosa su alma hasta que la amistad se convierte en casi el único consuelo. La vida adulta se va llenando de amistades hasta hacerse soportable, el tiempo entre personas amigas parece lo que cuenta y la soledad tan útil antaño aparece de pronto inaceptable. Si antes nos recluíamos lejos de los amigos para abordar tareas que nos parecían esenciales, ahora el cansancio nos devuelve a los amigos y no deseamos escamotearle nada a los momentos dedicados al disfrute de los otros, y por reflejo a lo mejor de nosotros. Imagino que es por eso por lo que suponemos el cielo entre otras almas y sin más ocupación, ni más pasiones, que la mera compañía. De hecho, ni siquiera el infierno resulta aterrador si se asegura uno de una compañía agradable.

viernes, 17 de julio de 2020

Hablar

Me gusta hablar con Sergi, es un soñador, un deportista, es un perezoso hijo de puta que vive en un traje de piel, en un traje cosido a base de sentimientos y piel, y eso no acostumbra a estar de moda. Pero dice lo que yo le digo, aunque no siempre esté de acuerdo ni mis palabras sean bien recibidas, él no tiene la libertad para negarse. Tampoco la necesita. A veces tan poco que decir y tan urgente decirlo.
Mis amigos me dicen que no me preocupe, que tarde o tempranos se cansará y se irá, pero el tío llega y me insiste en que le acompañe al terrado y me cuenta su plan de falsificar la luna. Dice que ella es la única que sabe que el amor verdadero es lo que pasa entre dos personas que ya no necesitan conocerse. Tal vez tenga razón y estas cosas sea mejor que no lleguen a saberse.

viernes, 3 de julio de 2020

Amor De Verano

Ya está aquí el verano y con él sus enamoramientos. ¿Cómo se reconoce ese verdadero amor del que nos cantan los poetas? De pronto caes de la piel al alma. Cesa la duda. Tienes la certeza total de que tu pareja es el complemento que desde siempre te había estado reservado. Decía Camus: "No ser amados es una simple desventura; la verdadera desgracia es no amar'"... Vale, pero ¿Podemos prepararnos para amar? A ver, puedes trabajar tus ideas, tal como trabajas para crear una espada. Los sentimientos no los creas ni los eliminas, son. La fruta crece en la rama, naturalmente. Todos amamos, pero no todos damos ese amor. Gran cantidad se queda encerrado en un búnker cardíaco, intercambiando imitaciones de amor.
El sexo, separado del sentimiento y del espíritu, es una necesidad animal, pero sin ánima. Al amor humano se llega avanzando por grados: compañía animal, hecha de costumbres; goce sexual egoísta, nunca satisfecho, que pide más y más; angustia emocional, que comienza por pedir ser amad@ o por ser el único amado; ilusiones mentales, que desean, en un mundo donde todo es ilusión, encontrar la ilusión más bella. Hasta que un día surge, venido de las profundidades del Cosmos, el Amor Mágico, inimaginable, impensable, intransformable. Capital, total, sin límites, eterno. Inundación de la belleza divina, bálsamo que nos consuela de parecer morir, convenciéndonos que nada comienza ni nada termina, que el amor es un fluir eterno.
En definitiva, el amor verdadero es el encuentro de dos amores. No confundamos el amor con el esfuerzo que haces para que exista. Una chica me susurró hace años: "Antes de encontrarte ya eras el hombre de mi vida" yo sonreí y le susurré entre besos y gemidos de placer: "Tú eres la mujer de todas mis vidas"... Fue una etapa bonita. Pero no era verano.


viernes, 19 de junio de 2020

Noche

Saltamos de fase en fase entre confusos y encogidos.
Es solo miedo, miedo lento y largo, dentro de una larga noche... cuando la noche debiera ser una sábana bordada. Cuando alguien con cara de preocupado, nos dice que hay que estar tranquilos parece evidente que hay que preocuparse. Tomar todas las precauciones posibles.
Las malas noticias destruyen el ánimo y el ánimo destruido no genera sino malas noticias, y así a esa pescadilla infernal se le va acabando primero la cola y después el cuerpo de tanto meterlo en la boca.
Vale que no es todo ilusión, pero la ilusión cuenta. Y no me refiero a la ilusión de los susodichos mandatarios, sino a la de cada uno y cada cual.
A pesar de lo que nos quieren hacer creer en sus discursos, la vida de cada uno la ha resuelto siempre cada uno desde que a un mono le dio por estirar las piernas, y es la capacidad individual la que fortalece o desintegra un colectivo. Cada uno debe ser responsable de sus cosas y de no joder al prójimo.
Después de esta pandemia, con un poco de suerte, tal vez podamos responder algún día cada uno de nosotros "Hice lo correcto". Es lo más cerca que podremos llegar a estar de una conciencia tranquila.
No es una sábana bordada, pero servirá para conciliar el sueño.

viernes, 12 de junio de 2020

Trencadís

La mente humana es una especie de microscópico conjunto de piezas enlazadas entre si, al estilo de los mosaicos de Gaudí. Cuando vives en confinamiento acabas por hacer cosas que ni imaginabas hacer. Al cabo de unas semanas le vas dando vueltas a casi todo. Yo al final he comprendido que somos sordos y ciegos, que venimos de la noche para volver a la noche sin saber nada de nuestro destino. Ahora he sentido por vez primera la intuición profunda de que el pasado no es un lugar estable sino cambiante, permanentemente alterado por el futuro, y de que por tanto nada de lo ya acontecido es irreversible, ni tan siquiera el destino. Hay personas que incluso en pleno bullicio, viven confinadas en lo más profundo de su mente y que ya no salen de allí jamás, tampoco entra nadie pero que en su único y solitario mundo logran ofrecer luz a alguien más.

viernes, 5 de junio de 2020

Lecturas

Me apasiona leer pero me confieso algo torpe para las lecturas sociológicas, hay cosas que no sé cómo leer, como todos estos asesinatos de género, el racismo, la prostitución infantil que se da en un mundo que se considera ultracivilizado: Joder, es aterrador. No sé cómo relacionarlo con lo real, si son unos dementes aislados o si es algo que se genera socialmente auspiciado por las mentes de fantoches como el que preside Estados Unidos, o de otros muchos políticos de países más cercanos. Luego está el tema de los prejuicios, eso de que te traten como un criminal por el hecho de no tener un aspecto que agrade. El tabú del sexo que aún existe. Me revienta y me revelo contra el sexo de anuncio: suena una música y dos personas empiezan a follar, a agarrarse a las lámparas con unas posturas tan sofisticadas. Tampoco  entiendo que en pleno siglo veintiuno a las mujeres se las  considere el sexo débil. Lo que sucede es que a ellas se las sigue maltratando social y físicamente y eso debilita, joder! Soy un combativo defensor de la igualdad absoluta, y no creo que las mujeres tengan que convertirse en algo "similar a".  A la igualdad se llega respetando la diferencia, no imponiendo una estúpida clonación. Por eso me cuesta leer a esta Sociedad, tiene capítulos preciosos pero también auténtica basura llena de injusticia, opresión y cobardía emocional, todo eso a mí me revienta. No sé si después de esta crisis sanitaria, social y económica saldremos más reforzados como sociedad, lo que sí sé es que saldremos muy jodidos y, viendo los comportamientos egoístas de estos días, lo haremos sin haber aprendido nada nuevo salvo el nombre de algunos fármacos y de un montón de series de Netflix. 

viernes, 29 de mayo de 2020

Pequeños Vicios

No considero que sea malo tener algunos pequeños vicios. De hecho creo que ser angelitos está sobrevalorado, en el fondo eso de tener unas alas blancas pegadas a la espalda y manejar con destreza una harpa tampoco suena de lo más … divertido.  Tampoco es del todo sano aferrarse demasiado a las cosas. A ver, qué importa en realidad que las canciones también se acaben y los cariños se abandonen, cualquier cosa que nos distraiga del  aburrimiento o de la rutina puede llegar a ser suficiente.  En contra de la creencia popular y sé que tal cosa no existe, pero me mola cómo suena esa expresión, el encanto es una cosa muy seria. Las crías de todas las especies lo utilizan, sin ir más lejos, para protegerse de la muerte, y la vida, bien mirada, no es sino el triunfo del encanto entre las fieras. Y ¿que fiera que se precie no tiene su lado salvaje? Pues eso, pequeños. Inofensivos y necesarios vicios.
No se me escapa que no todo se soluciona con una noche de cañas, un fin de semana de polvos, y aquí cada vicioso que lo tome de la manera que le plazca, pero está claro que una noche de cañas, un fin de semana de fiesta o un viaje alrededor de un tronco de árbol, no empeoran casi nunca nada. Y no es un asunto pequeño, teniendo en cuenta que la mayoría de las cosas que tenemos que arreglar nos las hemos cargado antes nosotros. Nos venimos fácilmente arriba y no hemos inventado más que la raya de los pantalones y todas las grandes palabras no valen lo que un cuchicheo cerca de la nuca adecuada.  ¿Quién no prefiere el sabor de un beso sincero al runrún de las cadenas que arrastran los fantasmas? Vicios pequeños, sí, pero honestos. Noche de cañas!! Después de tres meses ya toca.

viernes, 22 de mayo de 2020

Sonidos

Voy a confesarte algo: no sé contar chistes. Puedo usar una cantidad razonable de ironía, y puedo ser incluso divertido en conversación, y desde luego tengo sentido del humor y todo eso, pero no hay manera de que pueda contar un buen chiste. Nunca he sabido hacerlo. ¿Y sabes por qué? Porque suelto la broma clave demasiado temprano y así llego al final del chiste con rumor de decepción.  El sonido de la decepción es un ruido sordo, como una botella acabando de vaciarse. Si se presta atención, puede oírse el sonido de la decepción. Es como escuchar un alma yéndose por el desagüe. Nada que ver con el alegre descorchar de una botella o la pereza con la que la chapa sale del botellín de cerveza sabiendo que irá a parar al suelo o a la basura sin opción de continuidad.  Solo espero que nadie se piense que soy un cortador de venas o una alma triste y solitaria. Alma si, solitario a veces , creo que es bueno saber disfrutar de ello, pero triste no, al menos no por costumbre. Sólo soy un tipo que no sabe contar chistes porque si son muy bueno me río antes de acabarlos y la cago, y si son malos… joder!! Quien diablos quiere escuchar un chiste malo, eso sería como arrancar la anilla de la lata y que se quede rota sin abrirse… Qué ganas de terracita en la playa, música suave de fondo, atardecer y... escuchar el sonido del mar, él nunca decepciona.

viernes, 15 de mayo de 2020

Intuición

"Gracias por dudar" , que decía David Bowie. Y aparte, entre comillas, porque las comillas son esenciales. ¿Qué significa ésto? Pues que la duda no dispara. Lo que disparan son las certezas mal aprendidas. "Tengo una intuición". Y esta cita ya la ha dicho mucha gente y muchas veces. Creo que la intuición es inteligencia acelerada. Y es importante tenerla en cuenta. Parece que no lo estás pensando, pero tienes un plan. Se llama intuición acelerada.
Una idea, una intuición, es como un barco. Si te metes, tienes que no salir. Eso es lo que le pides a una idea, a una intuición. Que te hable de su camino. Y una vez que te atrape, que te deje al final en un puerto, el que sea. Por eso es como un barco. Que durante esa singladura no te deje salir, por mucho que dudes a lo largo del recorrido. Vivimos en tiempo de dudas, que la intuición nos guíe.

viernes, 8 de mayo de 2020

Temas

Siempre he tenido el defecto o la manía de dedicar mis textos a cosas y estilos distintos. Lo de encasillarse lo veo jodido, igual que limitarnos a hablar de lo que ocurre justo ahora. Eso pasa y es asi, pero también lo será mañana y Seguramente que con más datos.
No creo que la literatura tenga que estar a la altura de los tiempos, sino a la altura de lo escrito. Kenzaburō Ōe, por ejemplo, un escritor japonés que me encanta, escribe siempre de la Segunda Guerra Mundial. Podrían decir que ese tema ya no sé qué… pero a mí me encanta por cómo está escrito. No creo que la literatura tenga que ser urbana o representar su época, todo eso son valores añadidos que te pueden gustar más o menos. De la guerra civil, que hay millones de libros, hay literatura maravillosa y otros que no me interesan un carajo. La literatura no tiene que estar de acuerdo con ningún tiempo o acontecimiento en concreto. Si entretiene llegándote adentro, es buena literatura. Hable de lo que hable y sea de la época que sea. Te late o no lo hace y ya está.

viernes, 1 de mayo de 2020

De Paraguas

A veces, mientras paseamos por una ciudad extranjera disfrazados para el calor, estrafalariamente preparados para el ocio, nos sorprende una tormenta. Curiosamente, y al contrario de lo que sucede con la otra lluvia, la de invierno, la que nos pilla en mitad de nuestras diversas obligaciones, esta lluvia de verano no nos causa fastidio alguno; es más, como casi todo lo inesperado que sucede durante las vacaciones, es casi un divertimento, un momento que rompe la rutina del descanso y que nos obliga a dar una carrerita, a hacer aspavientos, a reír sin saber por qué, y entonces, mientras tenemos baja la guardia, aparecen los paraguas de verano. Los paraguas de verano no existen un segundo antes de que caiga la primera gota al suelo, pero en cuanto rompe a llover, se colocan solos en los puestos de souvenirs, en los quioscos de prensa, en la puerta de las tiendas de electrodomésticos, artesanía local y hasta en las de comestibles. Se diría que crecen de manera espontánea,  como las setas, y si no se decide uno a cruzar la calle en su busca o se encuentra refugiado bajo un soportal, un andamio o un puente, le serán ofrecidos por esas personas  sin empleo fijo, que de pronto se convierten en vendedores callejeros de paraguas para desaparecer después o simplemente cambiar de oficio en cuanto las nubes negras se marchan y el sol nos devuelve la normalidad. Nada que objetar, vivimos en la sociedad del bienestar, o al menos allí vivíamos hasta hace nada, y en la sociedad del bienestar la oferta persigue amablemente a la demanda, y así tras la lluvia aparecen los paraguas. Nada extraño.
El problema llega al regresar y ver los planes del Gobierno y los planes de la oposición para protegernos de las lluvias que se avecinan. El problema no es comprar paraguas de verano durante el verano; el problema es que te los vuelvan a colar en invierno. Ojo si salimos de casa, se avecinan tormentas de verano. Seamos prudentes y no temerarios, a mano siempre el paraguas.

viernes, 24 de abril de 2020

Realismo y Realidad

Siempre hemos sido muy de saber de todo y de todos y de opinar sobre cualquier cosa sentando cátedra. Últimamente todos sabemos de epidemias, de virus, de daños colaterales, de sociologia infantil, de economía empresarial, por supuesto de fútbol y de realidades tan reales como que mañana, si no lo cambian será sábado habida cuenta de que hoy es viernes.
Un día mi entrenador de fútbol,  que había jugado con el Córdoba en primera, me dijo que, en el fútbol, entre un genio y un imbécil existe un abismo de cinco milímetros, los que separan un regate exitoso de un regate frustrado, un gol de un tiro al palo. Me tengo más por despistado que por genio, así que no me extrañaría nada tener una visión desviada de este realismo actual.
Si algo hemos aprendido de la historia es que en política no existen milagros, santos griales ni salvapatrias, y que además es conveniente que no los haya. Los que así se presentan siempre esconden no un conejo, sino nada o como mucho un arma, en la chistera. La constatación de este hecho, lejos de provocar escepticismo, debe promover el entusiasmo ante cualquier propuesta que incluya nuevos jugadores y tal vez nuevas reglas para el difícil juego de convivir todos juntos entre parámetros de justicia y decencia aceptables. Porque esto requerirá de un volver a empezar que no se lo salta un gitano.
Así es el realismo... cuando la medicina hace enfermar al paciente, el médico le dobla la dosis. A veces la historia se nos escapa de las manos.

viernes, 17 de abril de 2020

Superficie

Tendemos a no prestar demasiada atención a la superficie de lo habitual, al fin y al cabo no parece sino el escenario de nuestros males, solo la oscuridad de la mina en forma de pandemia y que ahora tenemos que vivir nos recuerda de una hostia su importancia.
En la literatura de fantasmas, los espíritus errantes anhelan algo que nosotros consideramos con frecuencia un castigo o la razón primera y última de todos nuestros desvelos: la vida real. Lo que los fantasmas desean por encima de cualquier otro premio es regresar a la superficie, volver al pasar de las horas, al vulgar contacto con las cosas, a ese día repetido y monótono que con tanta frecuencia despreciamos. Cualquiera que haya sentido alguna vez el miedo a no poder volver nunca al lugar y al estado previo a la catástrofe conoce esa añoranza y sabe que bajo la tierra, en el exilio, la enfermedad, o sepultado bajo cualquiera de las otras miserables experiencias que el destino tiende a diseñar, la normalidad se ve tan lejana como la cumbre de la montaña más alta y tan hermosa como el palacio mejor provisto de riquezas que se pudiera imaginar.
A veces y con frecuencia, nuestro sueño más noble, nuestra ambición más grande no es la luna, ni el cielo, ni las estrellas, sino ese lugar en el que precisamente muchos estábamos todavía sin ser capaces de apreciar su valor.
Aquella vieja, rutinaria y sólida superficie.


sábado, 11 de abril de 2020

Volantazista

Volantazo: Giro brusco y repentino dado al volante de un vehículo en movimiento. En escritura un “Volantazo” es un texto de Elena Briones en el que mediante frases que son música, ideas que son semillas y complicidad que es compañía, nos demuestra que existe una grieta en todo, y que es así como entra la luz. Darle sentidos diferentes a las palabras de siempre, jugar con la etimología de los conceptos, despeinarse contra el viento para despegar hacia las estrellas, sumergirse en las calderas del infierno, en definitiva pegar volantazos de tinta en folios blancos.

A base de leerla, de escucharla y de hacerle un sitio en el sofá de mi alma, me he ido afianzando en lo que soy: “Volantazista”. No esperes entender el 100 % de la idea lo que ello representa. Mira, debes intentar afinar vista y oído para distinguir las palabras de las letras, aunque no siempre sepas lo que significan en un primer momento, si lees varias veces uno mismo de sus textos, te darás cuenta de que la idea se va aclarando en tu cabeza. Otras muchas veces con la primera lectura es bastante, incluso la última frase la acabaría tú y es que, y aquí viene el gran secreto de todo esto, Volantazista se nace, aunque no te hubieses dado cuenta.

viernes, 10 de abril de 2020

Bowie

Hablo casi cada mes  con David Bowie. Hablo con él y él me contesta. Aunque se haya muerto, él me contesta. Cuando estaba vivo, también lo hacía. Bowie se murió hace cuatro años, era enero de 2016. Hablo con él. Hablo con la imagen que ilustraba algunos de sus trabajos. Una amiga me regaló la biografía y claro, en la portada estaba su foto. Así que, lo siento en un lado del sofá de la sala de mi casa, esperando la ocasión para servirnos un trago y charlar. Luego, lo subo a la  librería, allí permanece apoyado en Rayuela, y nos quedamos suspendidos, a ratos, en el tiempo delicuescente, en que nos emborrachamos con metáforas y analogías, buscando siempre entrar al sentido de las letras del pulcrísimo señor británico. Para entrar a través de esas ventanas de las canciones de David Bowie. “Heroes", "Ashes to ashes", "China girl"...  Ven, no vengas, hacemos lo que dicen las canciones, buscando siempre entrar, acercándonos a la ventana, manteniéndonos lejos, viajando en la ceguera, en la ceguera de nuestra propia odisea espacial.  Yo me siento en el sofá, frente a la librería, delante de Rayuela y de la foto del libro, cuyo lugar es ahí y le cuento y le pido consejo, y él siempre me responde. No es fácil hacer creer a la gente que hablo con Bowie y que él me responde, pero es verdad. Yo lo digo y, poco a poco, la gente me va creyendo porque está bien que se diluyan las lindes convencionales, cuando las lindes son convencionales, entre las metáforas y analogías y todo lo demás... Al final me guiña su ojo verdoso y me dice:  Creo que un artista ha de ser siempre fiel a los dictados de su corazón. En ese momento sé que nuestra charla del día ha concluido.

viernes, 3 de abril de 2020

El Diablo

Se puso de moda hará unos diez años escribir historias de Vampiros. Tal variante a ritmo de videoclip y azucarada buscaba un público juvenil acostumbrado a hermosos vampiros en los que, desde luego, no logramos ver qué desventaja tiene su condena… Quitando su sufrimiento, claro, porque ellos sufren. Siempre he pensado que el Infierno debe ser un lugar divertido y el demonio, el malo perfecto, casi un casero, un especulador de almas que juega con los desastres. Creo que aquí he encontrado un territorio estimulante dentro de un marco en el que me obligo a respetar las reglas de los géneros populares y, a la vez, me permito tirar para mi terreno. Lo que más me gusta de tratar de escribir una historia sobre el Diablo, es el juego que supone coger un género y utilizarlo como caballo de Troya para esconder dentro lo que me interesa contar. A fin de cuentas el Diablo, a su manera, siempre dice la verdad, por eso dice que no existe.

viernes, 27 de marzo de 2020

Momentos

Déjame que te hable de los momentos. Mira todas las cosas bajo el aspecto del momento. Es bueno aprender a dejar ir tu yo a merced del momento. Y tener respeto por todos y cada uno de ellos, y no tender lazos entre las cosas. No hay que resistirse a la naturaleza. No apoyar contra las cosas los pies de tu alma. Vivir en paz con la luz roja de la mañana y el resplandor gris del anochecer. Ser el alba mezclada al ocaso. Mezclar la vida con la muerte y dividirla en momentos. No pensar: vivo ahora, moriré mañana. No partir la realidad entre vida y muerte. Pensar: Ahora vivo y muero. No esperes la muerte: ella está en ti. Se su camarada y tenla contra ti; es como tú mismo…

viernes, 13 de marzo de 2020

Bajo Los Párpados

Al parecer, los gatos duermen entre dieciséis y dieciocho horas al día ¡Joder!. Tengo perra pero no tengo gato, así que no he podido comprobarlo (tampoco está nada mal las horas que duerme Nala), pero me parece una buena manera de despistar al demonio y encarar con la debida desconfianza el difícil oficio de vivir. Durmiendo más tendríamos menos tiempo de jodernos los unos a los otros, al margen de otras muchas ventajas para el cutis y para la piel de dentro, y por si eso fuera poco, como decía aquella canción que cantaban a coro Tom Waits y Keith Richards, "eres inocente cuando sueñas".
Los sueños se encadenan, como bien deben saber los gatos, que, demonios o no, disfrutan de más horas a ese otro lado de las cosas que estos pobres nosotros tan empeñados siempre en madrugar para ver si cae la breva de que algún Dios nos ayude.
La vida bajo los párpados es todo un Universo, que viene a completar la vieja creencia establecida que sujeta que los sueños sólo se descascarillan en contacto directo con la realidad. O lo que es lo mismo, que los sueños sólo pierden su importancia al abrir los ojos y darse de bruces con nuestras ridículas ambiciones diurnas. Supongo que es por eso por lo que resulta tan monumentalmente aburrido escuchar a alguien contar sus sueños, o hablar de sus gatos para el caso, y tan entretenido soñar o ser un gato.  Tampoco resulta muy ameno este texto, disculpadme, no sé que pasa que últimamente duermo poco. 

viernes, 6 de marzo de 2020

De Locos

Este tiempo de locos es paradójicamente de lo más normal, al menos para aquellos que siempre han escuchado su propia voz con un rastro de desconfianza hacia las propias intenciones, un paisaje menos extraño de lo que pudiéramos suponer. El misterio de nuestro “Yo” más interior. Los muchos que tienden a ver siempre la felicidad cercada por los otros son corregidos en cierta medida por los pocos que conocen de primera mano al monstruo posible de nosotros mismos, y para estos pocos, el tiempo de locos en el que vivimos no es desde luego nada nuevo, ni sorprendente, ni mucho menos extraordinario. “Mis sueños son de lo más normales”, que decía en una entrevista el viejo David Lynch con su habitual sorna.

Si uno hace el pequeño ejercicio de aguantar en la cama, aproximádamente, 10 minutos después de que el despertador haya sonado, para así recuperar la memoria de lo soñado, se dará cuenta enseguida de que el resto del día no es ni por asomo tan oscuro, y de que las piezas de la pesadilla encajan mejor de lo que en ocasiones la vigilia nos permite comprender.

La locura solo parece sorprender a aquellos que mostrando una capacidad sobrehumana han desterrado la posibilidad de la locura, a quienes con más imaginación que fortuna han inventado el mundo normal. Un edificio plagado de grietas, debidas, seguramente, a un apresurado diseño y aún no muy sensato cálculo de estructuras. Desde las habitaciones de los hoteles y en soledad, cualquier comportamiento de esos otros que vemos en las no tan lejanas ventanas de sus vidas adquiere un matiz inquietante. Es en lugares así y por reflejo, donde nuestro propio comportamiento nos produce a su vez desconfianza. Basta con saberse o imaginarse observado para empezar a dudar seriamente de todos y cada uno de nuestros gestos y más aún de nuestras verdaderas intenciones.

Podría decirse que aquellos a quienes llamamos locos nos aterran por la extraña familiaridad que nos producen sus conductas. Y que estos tiempos locos en los que vivimos no dejan de coincidir con algunas de nuestras recurrentes sospechas. Y sin embargo, ¿por qué tenerle miedo a lo que somos? Y dándole la vuelta a la pregunta, ¿quién nos dijo que éramos, o debíamos ser, normales? Soñando con más atención caeríamos fácilmente en la cuenta de que estos tiempos son los nuestros, y esta locura, por tanto, no nos es ajena. Resulta difícil decir quién es realmente el mejor guardián de la persona, aquel que habita con normalidad entre sus sueños o aquel que pretende comprender sin ellos el resto largo del día.

viernes, 28 de febrero de 2020

Hamelin

Ya pasó. Ahora ya ha sucedido lo que es ley de vida y otra juventud ha ocupado el lugar de la nuestra. Mi cuento de siempre termina y otro empieza. Pero que nadie me de por muerto. Todo lo que soy capaz de recordar parece lejano. La vida de antes se ha terminado, y esta es la vida de ahora. No es un problema, como pudiera parecer, seguramente es una buena solución.
A los que nos rige la luna tenemos síntomas que rozan la locura:  Euforia, depresión, virulenta energía y virulenta tristeza. Algunos listillos apuntan a esa cosa llamada esquizofrenia que se llevó por delante la vida de uno de mis mejores amigos, en Begur, frente al mar. Conozco pues de primera mano los centros psiquiátricos, la herida del alma que no se cura nunca. Ese querer aferrarse a los tiempos buenos de los años juveniles y la hostia al salir de ellos. Comprender esa distancia y perdonarla puede consumir una vida.
Afortunadamente, todo termina. La juventud se acaba y el corazón continúa. No existe flautista de Hamelin alguno para hacer de guía. Pegarse a una parte de la propia vida es morir cada día, ser capaz de recordar e imaginar en la misma medida es seguramente estar vivo.  No hay que llevar ni a los niños ni a las ratas a ningún sitio, que una persona sólo se representa en realidad a sí misma. Que la dignidad sujeta cosas importantes que la ambición se empeña en derrumbar. Que el arte es también y entre otras muchas cosas un oficio de afortunados. Y vivir la vida es un Arte en mayúsculas.
Antes y ahora son dos posiciones muy alejadas, comprender esa distancia y perdonarla puede consumir una vida, pero ni antes ni ahora tienen la culpa, porque se separaron naturalmente en el tiempo, la culpa es nuestra por no haber entendido lo más brutal, lo más sencillo.  Que antes ya no existe y que ahora es justamente esto.

viernes, 21 de febrero de 2020

Carácter

Me he propuesto escribir cada día un mínimo de una hora. Se trata de hacer crecer esta especie de diario en forma de libro con todo lo que se me vaya ocurriendo. Me he convencido de que me hará bien, de que, de algún modo, me servirá de algo. Por un lado, se trata de ahondar en mí, de analizar ciertos aspectos de mi vida para llegar a verbalizar cuál es el auténtico problema. A estas alturas, me he convencido de que tengo un serio problema de carácter. Cuando me cabreo puedo ser realmente insoportable. Últimamente me cabreo mucho.  Me joden las reglas. Sobre todos las reglas estúpidas. Curioso ya que una de las fuerzas que me impulsa a seguir es la continua creación de reglas de escritura: escribir cada día una hora, escribir cada día 500 palabras, escribir porque me he comprometido de manera voluntaria con quienes les gusta leerme, escribir porque  me ha impuesto una fecha límite de escritura, escribir por mantener el puro hábito de escribir y poder llegar a considerarme algún día un escritor. Escribir porque es la manera que tengo de gritar y de romper cosas sin tener que destrozar nada ni alzar la voz.  Lo dicho, tengo  un serio problema de carácter, será cuestión de ascendente, la luna que ya se sabe es muy luna. 

viernes, 14 de febrero de 2020

Prólogos

Confieso, aunque no sea pecado alguno, que nunca leí  los prólogos antes de terminar los libros a no ser que fuesen escritos por el propio autor; sigo sin hacerlo, pero eso no los convierte en epílogos, ni siquiera en ultílogos. Los convierte sencillamente en prólogos redactados por otro autor, leídos luego. Me pasa lo mismo con los trailers de las películas. Algunos te la cuentan de manera desordenada, otros te hacen un puzzle de trozos "que parece que pero luego resulta que" y me siento decepcionado.
Con el paso del tiempo no leo tanto pero leo mejor. Me he vuelto selectivo de narices. De hecho, en estos últimos diez años, he releído mucho de lo que ya había leído los anteriores veinte. Lo diré con menos palabras, o con sólo una: "Saboreo" . Bueno y con otra: "Lato".
Una paradoja de la vida me llevó, recientemente, a que una gran amiga y genial escritora me propusiste escribir un prólogo a su nuevo libro. Yo en ese instante me sentí cual Concha Velasco: "Agradecido y emocionadoooo..." (perdón, me disperso) y contesté que por supuesto. Eso sí, en mis adentros pensé que el prólogo no lo leería hasta después de haber leído por completo su libro. Y es que yo siempre he sido un tipo de principios y en eso, los prólogos deben marcar la pauta y cada libro precisa de su proceso: Como una incisión, su herida y su cicatriz.

* Nota* : Tenéis que leer a Elena Briones "Volantazos". Su primer libro "Aprovéchame de ti" y su segundo "Concédeme este latido" son dos joyas encuadernadas. Yo ni en cien años escribiré algo ni la mitad de bueno que ella. Ni la cuarta parte. Vamos, que ni de coña.

sábado, 8 de febrero de 2020

Yo

Os diré una cosa, en realidad  ni yunque ni martillo. Niebla sobre colina, viento y halcón, astro errante que surca la bóveda celeste. Ests vida es un poema, ligeramente remodelado con el paso de los años y en el que no dejamos de introducir argumentos. El amor verdadero no deja rastro. Esta afirmación puede parecer completamente a contrapelo de la experiencia del común de los mortales, pero que en mi manera de ver la vida, sentado mucho tiempo en una tala de surf mirando al mundo desde dentro hacia afuera, parec una sencilla verdad budista. Un manifiesto contra la rutina y la nostalgia. ¿Quién podría estar de acuerdo conmigo salvo yo mismo?

viernes, 31 de enero de 2020

En Llamas

Creo que todo surge desde una chispa, esa que enciende la llama de nuestra alma y que se aviva en el tiempo con hechos, personas, momentos... Creo que es importante estar preparados para morir. No ir a buscarlo, pero si estar listos. Llegado  cierto punto, y si todavía estás en tus cabales, tienes que aprovechar la oportunidad de dejarlo todo atado. Tal vez sea un cliché, pero se subestima su poder analgésico. Dejar todo en orden, si puedes hacerlo, es una de las actividades más reconfortantes, y los beneficios son incalculables. Se trata de mantener viva la llama del alma a base de vida, de una vida sin miedos. Y cuando toque la fase de oscuridad extinguir la llama sin dramatismos. Esto no es una oda a la resignación, ni mucho menos, es un canto a la vida, a esa vida que late por mucho que todos sepamos que tiene fecha de caducidad. Hasta ese momento, mantengamos el alma en llamas.

viernes, 24 de enero de 2020

La Historia

Vemos catástrofes en las noticias a diario y pensamos: “Joder, qué putada!!" y  esperamos que eso nunca nos pase. La tensión de esperar mientras luchamos por algo que deseamos merecería al menos el placer de recibir. Todo sucede tarde o temprano. Si no nos pusiésemos entre el tiempo, si no fuésemos tan impacientes, el tiempo no nos haría tanto daño. En una playa las olas se vencen mejor agachando la cabeza, dejando que la espuma nos supere. A veces se nos desploma el mundo a causa de la menor de las gotas que rebosa finalmente el vaso… Así se escribe la historia.  
Comprender la historia es incluirse en ella, no esquivar el peso de nuestras acciones. La inocencia es tan cara que no se podrá pagar tampoco en el mejor de los futuros, ese en el que tan arrogantemente nos incluimos. En ese otro mundo mejor que imaginamos, volveremos a ser culpables de lo nuestro. Pero no conviene envenenarse, porque el veneno es inútil y eso lo saben todas las serpientes, que cuando matan ya están muertas. O al menos tan cerca de la muerte como han decidido situarse. Al fin y al cabo, todos nos soñamos mejor de lo que somos, y por eso hay amor y por eso hay pasiones y canciones y amaneceres. Y por eso, supongo, ignoramos con tanta frecuencia que los demás somos nosotros.

viernes, 17 de enero de 2020

Bola

He tenido un sueño, en él soy un detective privado novato, un defensor de las causas perdidas. En el sueño, ayudo a  descubrir a un audífono inteligente que le mentía a una pobre anciana cada vez que iba de compras. Su familia se empezó a preocupar cuando volvió a su casa con un biquini tres tallas más pequeño, un curso de piloto de Boeing en Florida y una catana, pero el caso no estalló hasta que la buena señora se compró un Lamborghini de 650 CV, con un sonriente futbolista brasileño dentro. Ella no tenía carnet de conducir, ni tampoco era propietaria de un club de fútbol, además, la perla brasileña apenas era mayor de edad. En menos de dos horas interrogando al audífono, conseguí extraerle una declaración irrefutable de inocencia. Los abogados hicieron el resto. Así que nos caen medallas para todos. Menos para la pobre anciana, claro está. A la mujer la demandó entonces su propia familia, y la FIFA, pero eso ya no era asunto mío. En mi sueño todo parecia ir de lujo hasta que la cago. Sucede a menudo que en cualquier puesto de trabajo, o en cualquier asunto de esta vida, se siente uno preparado para más y luego resulta que no lo está. Pasa en el deporte, en el amor y en los fondos de inversiones. En inglés tienen una expresión perfecta para esto, “mordiste más de lo que puedes tragar”. En español tenemos otra que funciona igual: “Mamá, se me ha hecho bola”. Como a mi este inicio de año...

viernes, 10 de enero de 2020

Tesoros

En un inicio todo amor podríamos considerarlo como el asalto a un tesoro que no nos pertenece, y de lo que uno se lleva a escondidas, como un ladrón ni que sea de guante blanco, es mejor no darle cuentas a nadie. La cuestión es que para que ese asalto prospere, necesita de una historia más sólida que la simple voluntad de pretenderlo y ahí es donde comienza la vulnerabilidad del ladrón ya que para un enamorado, hablar sobre el amor es tan importante que incluso la realidad sobre la que se eirge ese amor termina desvaneciéndose. Aun así: esas razones podrá aceptarlas un enamorado, pero no necesariamente la vida y en ese galimatías Cupido dimitió de su cargo y se metió en política, allí donde las mentiras son casi siempre la manera de obtener notoriedad aún asaltando un tesoro que no les pertenece.

viernes, 3 de enero de 2020

Honesto

Algunos días me siento un poco como un caballero vencido en un libro anticuado.
Yo pienso que hay una diferencia entre lo que es honesto y lo que no es honesto. La noción de lo honesto y de lo no-honesto, hoy se llamarían vibraciones, un sentimiento que te indica dónde debes estar y dónde no debes estar. Pero como no siempre podemos estar en el mundo honesto, a veces tomamos el mundo no-honesto. El surf, la escritura, pueden ser un sistema de "purificación", una técnica que te permita pasar del mundo no-honesto al mundo honesto. Un sistema que te prepare para el mundo más digamos... Limpio y, una vez que estás ahí, otro sistema que te dé la fuerza necesaria para pasar otra vez al mundo no-limpio. Porque el hombre no puede estar siempre en un mundo honesto. Para mí, el surf es ese movimiento entre los dos mundos. Porque te permite sentarte a esperar y a observar, te deja estar solo con tus miedos. Como ese viejo caballero librando la que intuye puede ser su última batalla....

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...