viernes, 29 de abril de 2016

Columpios

Las llevaba cada tarde un rato a los columpios, antes de merendar. Y les decía que tenían que saber valorar los buenos ratos, que todo es frágil y efímero, pero que con esos columpios ellas aprenderían a familiarizarse con las subidas y bajadas de la vida humana poco a poco y sin peligro, y aprenderían también la lección más importante de todas: Por mucho impulso que te des, por muy alto que llegues, no puedes dar una vuelta entera. Y luego merendaban y se reían las tres juntas.

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...