viernes, 24 de abril de 2020

Realismo y Realidad

Siempre hemos sido muy de saber de todo y de todos y de opinar sobre cualquier cosa sentando cátedra. Últimamente todos sabemos de epidemias, de virus, de daños colaterales, de sociologia infantil, de economía empresarial, por supuesto de fútbol y de realidades tan reales como que mañana, si no lo cambian será sábado habida cuenta de que hoy es viernes.
Un día mi entrenador de fútbol,  que había jugado con el Córdoba en primera, me dijo que, en el fútbol, entre un genio y un imbécil existe un abismo de cinco milímetros, los que separan un regate exitoso de un regate frustrado, un gol de un tiro al palo. Me tengo más por despistado que por genio, así que no me extrañaría nada tener una visión desviada de este realismo actual.
Si algo hemos aprendido de la historia es que en política no existen milagros, santos griales ni salvapatrias, y que además es conveniente que no los haya. Los que así se presentan siempre esconden no un conejo, sino nada o como mucho un arma, en la chistera. La constatación de este hecho, lejos de provocar escepticismo, debe promover el entusiasmo ante cualquier propuesta que incluya nuevos jugadores y tal vez nuevas reglas para el difícil juego de convivir todos juntos entre parámetros de justicia y decencia aceptables. Porque esto requerirá de un volver a empezar que no se lo salta un gitano.
Así es el realismo... cuando la medicina hace enfermar al paciente, el médico le dobla la dosis. A veces la historia se nos escapa de las manos.

viernes, 17 de abril de 2020

Superficie

Tendemos a no prestar demasiada atención a la superficie de lo habitual, al fin y al cabo no parece sino el escenario de nuestros males, solo la oscuridad de la mina en forma de pandemia y que ahora tenemos que vivir nos recuerda de una hostia su importancia.
En la literatura de fantasmas, los espíritus errantes anhelan algo que nosotros consideramos con frecuencia un castigo o la razón primera y última de todos nuestros desvelos: la vida real. Lo que los fantasmas desean por encima de cualquier otro premio es regresar a la superficie, volver al pasar de las horas, al vulgar contacto con las cosas, a ese día repetido y monótono que con tanta frecuencia despreciamos. Cualquiera que haya sentido alguna vez el miedo a no poder volver nunca al lugar y al estado previo a la catástrofe conoce esa añoranza y sabe que bajo la tierra, en el exilio, la enfermedad, o sepultado bajo cualquiera de las otras miserables experiencias que el destino tiende a diseñar, la normalidad se ve tan lejana como la cumbre de la montaña más alta y tan hermosa como el palacio mejor provisto de riquezas que se pudiera imaginar.
A veces y con frecuencia, nuestro sueño más noble, nuestra ambición más grande no es la luna, ni el cielo, ni las estrellas, sino ese lugar en el que precisamente muchos estábamos todavía sin ser capaces de apreciar su valor.
Aquella vieja, rutinaria y sólida superficie.


sábado, 11 de abril de 2020

Volantazista

Volantazo: Giro brusco y repentino dado al volante de un vehículo en movimiento. En escritura un “Volantazo” es un texto de Elena Briones en el que mediante frases que son música, ideas que son semillas y complicidad que es compañía, nos demuestra que existe una grieta en todo, y que es así como entra la luz. Darle sentidos diferentes a las palabras de siempre, jugar con la etimología de los conceptos, despeinarse contra el viento para despegar hacia las estrellas, sumergirse en las calderas del infierno, en definitiva pegar volantazos de tinta en folios blancos.

A base de leerla, de escucharla y de hacerle un sitio en el sofá de mi alma, me he ido afianzando en lo que soy: “Volantazista”. No esperes entender el 100 % de la idea lo que ello representa. Mira, debes intentar afinar vista y oído para distinguir las palabras de las letras, aunque no siempre sepas lo que significan en un primer momento, si lees varias veces uno mismo de sus textos, te darás cuenta de que la idea se va aclarando en tu cabeza. Otras muchas veces con la primera lectura es bastante, incluso la última frase la acabaría tú y es que, y aquí viene el gran secreto de todo esto, Volantazista se nace, aunque no te hubieses dado cuenta.

viernes, 10 de abril de 2020

Bowie

Hablo casi cada mes  con David Bowie. Hablo con él y él me contesta. Aunque se haya muerto, él me contesta. Cuando estaba vivo, también lo hacía. Bowie se murió hace cuatro años, era enero de 2016. Hablo con él. Hablo con la imagen que ilustraba algunos de sus trabajos. Una amiga me regaló la biografía y claro, en la portada estaba su foto. Así que, lo siento en un lado del sofá de la sala de mi casa, esperando la ocasión para servirnos un trago y charlar. Luego, lo subo a la  librería, allí permanece apoyado en Rayuela, y nos quedamos suspendidos, a ratos, en el tiempo delicuescente, en que nos emborrachamos con metáforas y analogías, buscando siempre entrar al sentido de las letras del pulcrísimo señor británico. Para entrar a través de esas ventanas de las canciones de David Bowie. “Heroes", "Ashes to ashes", "China girl"...  Ven, no vengas, hacemos lo que dicen las canciones, buscando siempre entrar, acercándonos a la ventana, manteniéndonos lejos, viajando en la ceguera, en la ceguera de nuestra propia odisea espacial.  Yo me siento en el sofá, frente a la librería, delante de Rayuela y de la foto del libro, cuyo lugar es ahí y le cuento y le pido consejo, y él siempre me responde. No es fácil hacer creer a la gente que hablo con Bowie y que él me responde, pero es verdad. Yo lo digo y, poco a poco, la gente me va creyendo porque está bien que se diluyan las lindes convencionales, cuando las lindes son convencionales, entre las metáforas y analogías y todo lo demás... Al final me guiña su ojo verdoso y me dice:  Creo que un artista ha de ser siempre fiel a los dictados de su corazón. En ese momento sé que nuestra charla del día ha concluido.

viernes, 3 de abril de 2020

El Diablo

Se puso de moda hará unos diez años escribir historias de Vampiros. Tal variante a ritmo de videoclip y azucarada buscaba un público juvenil acostumbrado a hermosos vampiros en los que, desde luego, no logramos ver qué desventaja tiene su condena… Quitando su sufrimiento, claro, porque ellos sufren. Siempre he pensado que el Infierno debe ser un lugar divertido y el demonio, el malo perfecto, casi un casero, un especulador de almas que juega con los desastres. Creo que aquí he encontrado un territorio estimulante dentro de un marco en el que me obligo a respetar las reglas de los géneros populares y, a la vez, me permito tirar para mi terreno. Lo que más me gusta de tratar de escribir una historia sobre el Diablo, es el juego que supone coger un género y utilizarlo como caballo de Troya para esconder dentro lo que me interesa contar. A fin de cuentas el Diablo, a su manera, siempre dice la verdad, por eso dice que no existe.

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...