viernes, 11 de mayo de 2018

Intuición

Me pareció ver a alguien que me seguía hace unos días. Creo que era yo. No somos quienes creemos ser. Supongo que todos hemos soñado alguna vez con ser capaces de vernos desde fuera, desde otros ojos. El espejo para esto no sirve, pues frente al espejo componemos una apariencia que no delata sino nuestra intención.
El amor tampoco sirve, pues es un reflejo condicionado y subjetivo y, claro está, enamorado. Por la misma razón se puede desechar la imagen deformada por el odio, la envidia o el recelo, que a menudo nos devuelven.
Me pregunto cuánto de la presión que sentimos es autoinducida, un castigo de proporciones bíblicas que nos imponemos por haber cometido el pecado de pretender ser felices. Tal vez sea mejor pensar menos y sentir más, la disciplina no debe eclipsar a la intuición.

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