viernes, 16 de octubre de 2020

Detalles

Hace poco más de medio año estaba yo dudando entre dos camisas en una de esas tiendas de ropa “casual” regentadas por orientales y que compiten con las franquicias de tiendas de moda que abundan en nuestras ciudades. (Yo creo que la ropa devuelta de toda Europa se vende allí como si fuera de la próxima temporada) cuando el mundo se dio, otra vez, la vuelta. Ni que decir tiene que a mi absurda obsesión por encontrar las siete diferencias entre dos camisas aparentemente idénticas nadie en ese instante le dio importancia, ni siquiera yo. Cosa de la que ahora me arrepiento. Llegó una pandemia. Hay una tendencia equivocada que nos impulsa a separar la historia del detalle, pero, como bien sabe el primer pollo muerto bajo el peso de un fornido paracaidista de la RAF llovido del cielo 26 horas antes del desembarco de Normandía, esta línea historiográfica ha demostrado más de una vez su ineficacia. Por cierto que el paracaidista que mató al pollo se llamaba William Hosbit, pero debido a este extraño accidente pasó a figurar en los márgenes de la historia con el nombre de Bill Chicken Hosbit. Este dato que es una chorrada, por supuesto, se puede comprobar. En fin, como dijo Walter Bazauck, jefe de radiotelegrafistas de la línea de defensa alemana en los territorios ocupados, "cuando una bota enemiga caída del cielo aplasta por sorpresa a un pollo, es que algo está pasando". Nadie le hizo caso, y así es como se unen siempre y tarde,  el detalle, la sorpresa y la historia. El caso es que el otro día estaba dudando entre dos camisas muy similares en una tienda de mi ciudad y mientras comprobaba la costura alrededor de los botones el mundo cambió. No he tenido ocasión de estrenar la camisa, para estar por casa prefiero las camisetas.

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