viernes, 6 de noviembre de 2020

Algoritmos

Cada vez recibimos más publicidad e información , verdadera y falsa,  según lo que decide un algoritmo. ¿Somos libres para elegir o nos están pirateando? ¿Quién nos ha presentado a ese algoritmo y a mí? La respuesta está en Internet, claro.  Busco una buena oferta de una crema de protección solar para que me la traigan a casa,. A las semanas me llega un correo firmado por una prestigiosa web francesa con más de tres millones de suscriptores, no una de esas webs cutres que previa toma de tan solo unos comprimidos, garantizan un extraordinario crecimiento del pene, no. Una seria que afirma que Marion Cotillard, la fenomenal actriz de “La vie en rose”, luce un cutis tan terso gracias a su pasión por los baños helados de asiento. Sí, al parecer, poner unas tres veces al día el perineo on the rocks proporciona solaz, descanso, lozanía y un sinfín más de bondades y Marion Cotillard es, según esta web, una adepta a la práctica del “bain dérivatif”, que así se llama la cosa. Nunca había leído nada del “bain dérivatif” ni conozco a nadie que haya oído hablar del tal baño. Y aunque no tengo el correo de Marion Cotillard, me gustaría preguntarle si ha recibido ella información sobre mi crema de protección facial, no considero necesario reenviarle la información que me ha llegado, porque supongo que ya le habrá llegado por otros lados (y a sus abogados).  Lo que no puedo dejar de preguntarme es en qué estaba pensando el algoritmo que decidió que yo podía picar con un producto semejante. ¿Hay algo en mi historial de búsquedas (restaurantes, viajes, libros de segunda mano) o en las compras que he hecho por Internet (básicamente durante el confinamiento: Bebida, limpieza, congelados, una mesa para teletrabajar medio en condiciones)  que me convierta en carne de cañón para picar con un timo semejante? ¿Por qué yo? En los últimos tiempos, muchas después de simplemente mencionar en una conversación, un tema, un libro, una comida o un paisaje, reciben correos y anuncios que tienen que ver con la conversación que han tenido, aunque hayan sido tan solo mencionados de pasada y nunca hayan sido objeto de una búsqueda activa en la web. El colmo es una persona que soñó con una comida que nunca había probado y al día siguiente recibió vales de descuento para probarla. ¿Nos espían nuestros teléfonos? Realmente es como para sentarse y darse un baño en la entrepierna, por si relaja. Puto algortimo, ya me ha liado…

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