viernes, 17 de junio de 2011

Roce

El roce... ¿Hace el cariño o irrita? Vaya usted a saber… déjate el bañador  húmedo mucho tiempo puesto y cuéntame que tal de cariñosas están las cosas por ahí: Irritadas. Ya te lo digo yo ahora. Dicen que algo roza cuando pasa tocando levemente la superficie de otra. A caso rozamos las vidas de los demás desde el momento en que aparecemos en sus mundos, así, levemente: Chassss! Ya está, rozada o rozado, no sé, tal vez eso sea pura y burda presunción. Pero mola.

Rozamos nuestro día a día con lo bueno y con lo malo que nos pasa, con quienes nos caen bien y con quienes no nos caen y de eso a ser fuentes de cariño va un mundo. Puedes demostrar cariño y ternura a alguien sin tocarlo jamás, ni levemente, claro, eso sería el roce virtual, tan tangible como muchos de los amigos de las redes sociales pero… ¿No existe un carió virtual? Exista o no, sería bueno que fuese real porque andamos tan liados con nuestras cosas que no nos queda casi tiempo para rozarnos excepto por la red. Y eso si es irritable, nos hayamos o no rozado alguna vez.

A salir a la calle y a dejarse ver, a vivir, a pegarse chutes de sol y de gente, a charlar, a sonreír sin motivo aparente, por el gusto de estar en el mundo. A gastar cariño que es de esas cosas que cuanto más se gastan más se tiene. Invertir en uno mismo, eso es lo que hay. Lo que quedará. Con cariño, un amigo (que te roza)         

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