Mira que llega a resultar raro lo raro ¿no? La almohada a
los pies de la cama, que se está más fresco, el reloj de siempre en la otra muñeca, o el
anillo en la otra mano pero oye, a ir tirando, que como decimos aquí: “El
que día pasa, año empuja…”
A veces haciendo un poco parece que has hecho un
mucho, sin embargo otras, las que más, haces mucho pero no se nota un carajo. Las
decisiones vienen en el mismo lote que las dudas pero separadas por una fina
capa de valentía. Esas decisiones te ponen una zancadilla y si no andas vivo te
tropiezas y vuelta a empezar. Entonces empiezas pero como de otra manera. Pones
la almohada donde te parece, te pones el reloj en la otra muñeca, te cambias de
mano el anillo o miras hacia delante porque por detrás no se ve nada y sigues
andando hasta por hacer camino, total, ya has aprendido a sacar la lengua y eso
vale hasta si te cansas. Tal vez lo raro no sea tan raro, solo diferente. Como
tú. Como todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Traspasa tú también el muro y dime...