viernes, 9 de noviembre de 2012

Zambullirse

Y por qué no zambullirnos en medio de la montaña. Dar un salto desde lo más profundo de nuestras ganas de vivir y lanzarnos al sistema que crea nuestro oxígeno, que nos da libertad y que nos pone de lleno en nuestra dimensión. ¿Qué nos acortan las horas de día por la tarde? Pues vamos a buscarlas porque en algún sitio deben estar.


Tomar el bosque, la naturaleza como fuente de vida. Retomar la sensación de caminar ente un puñado de organismos vivos que convergen con nosotros en un ecosistema que debemos cuidar. Pasear entre los árboles centenarios o no centenarios. Pisar la tierra, las piedras, contemplar de lejos a unas ardillas que nos miran o a unos pájaros que se asustan a nuestro paso. Y nuestro paso nos lleva a zambullirnos en medio de las hojas caídas en otoño, a comprender que volar no es solo para los pájaros ni nadar solo para los peces. Cerrar los ojos dando vueltas bajo el rayo de sol que se cuela entre las ramas de los árboles y dejarnos caer… El último en llegar al valle paga la ronda.

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