En teoría,
todos sabemos que hay alguien que estamos destinados a ser. De hecho, hasta
podemos sentir cuándo nos vamos convirtiendo en ese alguien. Y por ende también
sabemos cuando algo no encaja y no somos la persona que estábamos destinados a
ser. Pero saberlo no lo hace más fácil y
andamos buscando respuestas, intentando aprender las lecciones de la vida. Andamos
a tientas y eso es una putada porque nos tropezamos, nos golpeamos y nos
perdemos. Buscamos el sentido del amor, del poder. Queremos comprender el
miedo, la pérdida, el tiempo...
Te das
cuenta de que nos han puesto en la tierra para aprender nuestras propias
lecciones. Nadie puede decirnos cuáles son; descubrirlas forma parte de nuestro
viaje personal. Y no querer descubrirlas o pretender que nos las faciliten nos
encoge como personas. Algunas personas viven en un mundo tipo “Camiseta Imperio”
que les aprieta y les marca cada una de sus irregularidades. Seguro que el amor
no es la respuesta a todo, tal vez ni tan siquiera a muchas cosas, pero debemos
reconocer que en tanto se encuentran diversas verdades, nos ofrece un cálido lugar donde seguir
creciendo.
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