viernes, 25 de enero de 2013

Un Beso

Existe una  clase de besos que es especial.  Es única. Es de esos que no se pueden comprar, ni pedir, ni robar, simplemente o te los mereces y te los dan o te quedas con las ganas de disfrutarlos. Es el beso de un hijo o de una hija, vamos. Esos que te plantan cuando menos te lo esperas.  Son de esos que uno no se los puede  comer todos de una sentada. De hecho ese beso es como  el bomboncillo de chocolate que te dejan en los hoteles para las noches. Es uno solo,  sí, pero te deja lleno…

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