domingo, 7 de diciembre de 2014

"Click"

Sin saber adónde ir, no se llega a donde no se sabe. Cada uno a su manera guarda en el cerebro un surtido de intenciones que espera hacer realidad, porque los intuye como logros para ruta hacia su felicidad. Vale. La ruta pasa por conseguir la armonía con quienes se tiene más proximidad de mente y también de alma. Establecer una nueva relación que excite los poros, descubrir ese alguien que apague las frases, hacer posible ese viaje o aquel trabajo, leer y asumir aquel libro, adelgazar o recuperar aquellos kilos… una infinidad de intenciones, de sueños personales que vamos construyendo y alimentando a lo largo de nuestra vida.

Es lógico que muchas de nuestras actuaciones las hagamos pensando en hacerlos posibles, porque cuanto más se pierde el tiempo, el muy cabrón se rebota y menos responde. La intención y el esfuerzo para conseguir lo soñado nos da un chute de energía, hincha la pasión e impulsa a las neuronas: nos hacen vibrar, que es la forma más chachi de vivir.


Incluso en las épocas en las que andamos más jodidos, cuando el suelo se nos ha vuelto barro y el aire arena, hay que formularse un reto posible, aferrarse a un ideal y concentrarse en conseguirlo, porque sólo ahí es donde encontramos el “click” que nos permite sentir en nuestro interior una olvidada y a veces imperceptible vibración: La del retorno a la vida. Y es que siempre es bueno soñar… incluso para seguir bien despierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Traspasa tú también el muro y dime...

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...