miércoles, 24 de diciembre de 2014

Ego

Muchos escritores consagrados y otros que no lo son ni lo serán, sienten una especie de necesidad de explicar, casi justificar, el motivo por el cual escriben. Ignoro si el cartero, el panadero o el conductor de autobús tienen esa necesidad. A veces se me antoja como una forma de escucharse a si mismos, a sus egos.
La escritura es dolor y placer. Como el cuento, como la retórica aristotélica, se arma, se aprende. Principio y fin.  Antes que nada vino el verbo pero ¿Y al final? Quizás silencio, o el ruido de otra página que pasa.
Yo escribo básicamente porque me da la gana. No hago con ello que nada funcione de una mejor forma, tampoco espero que ponerme a ver una película o a jugar con mis hijos hagan de este mundo un lugar mejor, que ego tenemos todos pero si le alimentamos demasiado se pone de un borde que no hay quien lo soporte.

Escribir es un vicio solitario, que alguien te lea es un premio inesperado. Y lo demás son zarandajas.

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