sábado, 7 de febrero de 2015

Algo

En la inquietud  y en el esfuerzo de escribir, lo que te hace continuar es la certeza de que en la página queda algo no dicho.
A veces hace falta muy poco para que no exista lo que existe, aun así o tal vez por ello, buscamos la comunicación sin pensar en los daños colaterales que ello acarrea, como abrir un cisma en los afectos humanos, y no lo es tanto porque se puede producir un desarraigo profundo, sino porque vuelve a cerrarse demasiado rápido. Lo imaginario es una parcela decisiva de la realidad, interviene en ella, lo modifica y le otorga nuevos valores.
Al final siempre nos queda algo por decir, aunque tuvo su momento de ser dicho.

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