viernes, 30 de junio de 2017

Free Soul

Sorprende comprobar que lo esencial en la búsqueda de la felicidad reside precisamente en renunciar a lo esencial de lo único en beneficio de lo banal de entre lo común. Al individuo que imagina su causa se le censura antes que al individuo que se suma a la apariencia de la causa general y así el don de la alegría, tan natural en la infancia, se va comprometiendo en la causa exigente de la felicidad adulta.

Es difícil precisar cuánto de lo que nos exigen puede considerarse un triunfo personal, cuánto de lo que no somos en realidad se puede ver compensado por el dudoso mérito de haber renunciado a la íntima alegría a cambio del reconocimiento ajeno. El resultado de este cálculo erróneo es la ansiedad, la tensión, la muerte del juego.

Lo que sucede con el alma es que guarda escondidas causas que la realidad ignora, y a veces entre esas causas y las libertades que precisa para desarrollarlas, el alma, a pesar de todo y contra todo, se sujeta. Que nadie lo entienda ya es otro puto tema.

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