Confirmado.
No existe bicho más nocivo que un dominante con poder, porque sólo a través de
la anulación de los demás consigue verse triunfador y fuerte a sí mismo. Lamentable si,
pero estas cosas pasan aun.
Para quien
le toca convivir con uno o una, que de todo hay, el mejor remedio es la cultura
y la información, esa fuerza invisible,
esa fuerza suave que nos abre el cerebro a la dignidad y oportunidad.
Únicamente
en una real toma de conciencia de saberse dominado nace, aunque sea oculto
entre el odio y el miedo, el germen del amor propio y el sentido de la
libertad. Aceptar a un maldito capullo como propietario de nuestra vida como un
inevitable mal del destino es como escupir contra el viento, el destino final
nunca será bueno.
El
sentimiento del respeto, es el calor más entrañable y solo se recibe
alimentando el fuego nunca ahogándolo. Pero estas cosas pasan aun…
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