viernes, 8 de julio de 2011

Cierra Los Ojos

¿Ya has cerrado los ojos? Pues piensa un deseo y sopla bien fuerte que tienes velas que apagar. Curioso mecanismo el soplido que apaga llamitas y enciende… deseos. Así funcionamos. A golpe de soplido. El arte de desear es el motor de la existencia pero también es una enorme fuente de porrazos en forma de frustraciones. Y es que lo deseamos todo, espiritual, conceptual y carnalmente. Venga. ¡¡Sopla!!.


El deseo es un poco cabrón y siempre busca su premio: Una satisfacción lo más inmediata posible. Se trata de arrancar de cuajo al aburrimiento, de alguna manera no enfrentarnos a nuestras carencias. O tal vez no, tal vez desear sea tan humano como divino, tan normal como especial. Tan necesario como prescindible. Total, luchar contra los deseos y los placeres no es enfrentarse al demonio, sino medirse con uno mismo. Tratar de encontrar nuestro lugar. Y quién sabe, tal vez al hacerlo nos estamos inmunizando contra la ansiedad.

Piensa un deseo… y te convertirás irremediablemente en el esclavo de él. Pero en ocasiones compensa y si no ¿qué más da? Soplarás las velas antes de que ellas te soplen a ti.

1 comentario:

  1. "Yo creo que la verdad es perfecta para las matemáticas, la química, la filosofía, pero no para la vida. En la vida, la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza cuentan más"

    Ernesto Sábato

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