Correr es
cuestión de método. Cuanto mayor sea la
distancia a cubrir, menor será el ritmo de competición y del entrenamiento, aunque
sí conviene hacer repeticiones a un ritmo superior que el de aquella competición
que se esté preparando. Como la vida. Me explico, a ver si puedo...
Curioso el baremo en el que un minuto puede ser un
soplo de nadas o un huracán de todo. Una especie de voz en off nos trata de moldear entre espasmos
de modas efímeras, hormigón con nombre de entidad bancaria y estímulos de
ambiciones carentes de raíces. De esa manera, sin darnos a penas cuenta, nos metemos en una
competición mundial de pruebas desquiciadas, para tratar de llegar antes a… la
nada.
Es entonces
cuando se producirá un alto nivel de fatiga que supone, erróneamente muchas
veces, que el atleta se adapta a soportar el dolor muscular ocasionado por el
esfuerzo. Correr por correr no es la mejor manera de lograr un buen resultado.
Lo mejor es conseguir una buena combinación entre todo tipo de entrenamientos:
El del tiempo tranquilo, el del
silencio, que valora el ser por encima del tener. Aquel que no requiere ni
precisa de peajes por ostentaciones repletas de miserias huecas. ¡Vamos! tu
tiempo ha comenzado…
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