Ella no es apta para los
ojos o la mente de cualquiera. Aunque se manifiesta generalmente como una
apariencia de tranquilidad, está llena de temblores, de relámpagos, de
aullidos. Tienes que desentrañarla, no en la complejidad de sus pensamientos,
sino en la complejidad de sus emociones. Parece callada: no lo es. Se trata de
una persona de tono profundo y no un producto al por mayor de la naturaleza.
Ella es el vaso que corta,
ella es la sangre…
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