Nos
pensamos que podemos pero hay miradas que no saben mentir. Lo intentan pero no
lo consiguen. De entre todas ellas, la de la tristeza es la que nos delata de
inmediato y es que tras esa mirada hay un Universo terriblemente helado que
preocupa, que desconcierta.
Un Universo
en el que los ojos lloran sin dejar caer una sola lágrima y tanto da que la boca
dibuje una mueca de sonrisa, los ojos
quedan despegados del rostro, totalmente ajenos al valeroso intento. Y es que en
la vida sólo unos pocos sueños se cumplen, la gran mayoría se roncan, pero no
por ello hay que dejar de intentarlo. Aunque te pillen triste sin quererlo, aunque te pillen soñando con los ojos abiertos...
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