jueves, 14 de julio de 2011

La Séptima Ola

Aunque era ya tarde, el olor a mar al bajarse de la estación de tren le hizo acercarse a la playa. Le habían  contado una especie de teoría sobre las olas: Que las seis primeras son de lo más previsibles, con una equilibrada continuidad. Seis viajes con un mismo destino y que la séptima es la imprevisible. Le dijeron que esa ola puede pasar totalmente inadvertida, que puede participar en el rutinario proceso de las otras olas y en una camaleónica manifestación adaptarse a sus predecesoras. Solo que a veces estalla. Y siempre es ella, siempre es la séptima. Porque es alocada, inocente, rebelde, no se ciñe a reglas y lo puede cambiar todo.

Por las noches la luna la observa y por el día lo hace el sol, pero no la juzgan. Eso sólo pueden hacerlo quienes fueron arrastrados por ella, aquellos que tuvieron el valor de enfrentarse o el coraje de dejarse cautivar.

Se quedó un buen rato contando las olas. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis y…

1 comentario:

  1. Que difícil és deixar-se sorprendre, però que gratificant. Una setena onada és com un abisme que pot o no pot resultar, però només per aquest 50% de positivitat val la pena quedar-se a esperar la setena, la sorpresa.

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