viernes, 2 de noviembre de 2018

Victimismo

Hay gente que te viene con sus problemas, te los suelta sobre la mesa como quien te deja un postre y espera a que se los soluciones mientras les sirves un café. Si lo haces, desaparecen hasta que vuelven a tener otro y si tú los tienes te los comes, sin café, y te jodes. Así suele funcionar. Yo nunca he sido de irle llorando a la gente con mis problemas porque entiendo que cada uno tiene bastante con lo suyo y que además a nadie (casi) le importa realmente lo que le pase a otro que no es él. La gente hace como que le importa mucho lo de los otros pero no me creo que sea verdad, ni aquí, ni en ningún otro sitio. Eso de la confesión me parece una especie de frontón en el que los beatos pretenden limpiar su conciencia, tal vez sería mejor no haberla ensuciado. Tampoco creo que les importe una mierda a los curas, de hecho, si es que existe me parece un alarde que Dios nos conozca a todos por el nombre, se pasaría el puto año pasando lista. Claro que tal vez en esa ocupación vaya descuidando otras labores, eso explicaría bastantes cosas… Supongo que existir es un trajín de mil pares de pelotas sobre todo si olvidamos que a quienes de verdad importamos no es necesario pedirles ayuda, están incondicionalmente, es algo que va implícito en el término AMISTAD, todo lo demás son sucedáneos. Rechaza imitaciones. 

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