viernes, 1 de mayo de 2020

De Paraguas

A veces, mientras paseamos por una ciudad extranjera disfrazados para el calor, estrafalariamente preparados para el ocio, nos sorprende una tormenta. Curiosamente, y al contrario de lo que sucede con la otra lluvia, la de invierno, la que nos pilla en mitad de nuestras diversas obligaciones, esta lluvia de verano no nos causa fastidio alguno; es más, como casi todo lo inesperado que sucede durante las vacaciones, es casi un divertimento, un momento que rompe la rutina del descanso y que nos obliga a dar una carrerita, a hacer aspavientos, a reír sin saber por qué, y entonces, mientras tenemos baja la guardia, aparecen los paraguas de verano. Los paraguas de verano no existen un segundo antes de que caiga la primera gota al suelo, pero en cuanto rompe a llover, se colocan solos en los puestos de souvenirs, en los quioscos de prensa, en la puerta de las tiendas de electrodomésticos, artesanía local y hasta en las de comestibles. Se diría que crecen de manera espontánea,  como las setas, y si no se decide uno a cruzar la calle en su busca o se encuentra refugiado bajo un soportal, un andamio o un puente, le serán ofrecidos por esas personas  sin empleo fijo, que de pronto se convierten en vendedores callejeros de paraguas para desaparecer después o simplemente cambiar de oficio en cuanto las nubes negras se marchan y el sol nos devuelve la normalidad. Nada que objetar, vivimos en la sociedad del bienestar, o al menos allí vivíamos hasta hace nada, y en la sociedad del bienestar la oferta persigue amablemente a la demanda, y así tras la lluvia aparecen los paraguas. Nada extraño.
El problema llega al regresar y ver los planes del Gobierno y los planes de la oposición para protegernos de las lluvias que se avecinan. El problema no es comprar paraguas de verano durante el verano; el problema es que te los vuelvan a colar en invierno. Ojo si salimos de casa, se avecinan tormentas de verano. Seamos prudentes y no temerarios, a mano siempre el paraguas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Traspasa tú también el muro y dime...

Pasado

Todos tenemos un pasado, pero ese tiempo secreto, que se diluye con el curso de los años, estrechándose, no siempre explica lo que somos en ...