viernes, 2 de septiembre de 2011

Póker

Existen tres máximas para cuando vas a jugar una partida de Póker en cualquiera de sus múltiples versiones:


1- Nunca juegues con alguien que tenga nombre de ciudad. Una manía.

2- Nunca juegues con alguien que diga que no sabe jugar. Te destrozará.

3- En toda partida hay un pringado, si llevas media docena de manos y aun no sabes quién es, ten por seguro que el resto de jugadores ya sabe que eres tú. Empieza a recordar si dan alguna buena película de cine cerca del local y… ve a verla. Si la dan lejos ve a verla igualmente.

La vida no funciona igual. Es una partida también, tiene multitud de opciones también y también te pueden desplomar, engañar, apalear, destrozar, ganar… Puedes ganar tú, pensarte que lo has hecho, retirarte, pasar, tomarte algo si andas aturdido… pero hay más elementos que en una mesa con tapete verde. El factor humano se mezcla con el destino, con el saber, con la suerte y con miles de pequeñas cosas que te pueden llevar del éxtasis a la catástrofe en tiempo record. Y si bien es cierto que en ocasiones la realidad supera a la ficción, es cuando ambas se conjugan que pasamos a jugar la partida con la vida.

Bien, las cartas ya están barajadas y el croupier las ha servido, eres mano así… que tú hablas. Suerte!!

(¡Ah! Y recuerda que a veces, cuando menos te lo espera, te puede aparecer un comodín).

1 comentario:

  1. No sé nada del poker, pero como tampoco me apasiona jugar a eso pues... jajajajaja un besoo

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Traspasa tú también el muro y dime...

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