miércoles, 2 de mayo de 2012

Alegría

Declinemos: El término “alegría” nos viene del latín, por supuesto, en concreto de “alicer-alecris”, esto que suena a cantante chipriota de Eurovisión, en realidad significa vivo y animado. Ahí es nada, y la alegría es una de las emociones básicas, junto con el miedo, la ira, el asco, la tristeza…


Resulta que si dejamos abiertos de par en par los sentidos y nuestro cuerpo y nuestro espíritu, estos se conjugan en una perfecta sintonía, se dejan invadir por la Naturaleza y por la vida que late en los demás seres y como por efecto dominó, nos sentiremos inundados de la paz, la fuerza, el orden y la belleza de esa maravillosa sinfonía de la creación. Estaremos alegres. ¿Fácil? Pues no, para nada.

Pero se puede aprender a ser alegre, de hecho, ese aprendizaje debería ser materia primordial en el hogar y en la escuela. Educamos más por lo que somos que por lo que hacemos o decimos..., ser adultos alegres, cambiar nuestras actitudes deprimentes, negativas y derrotistas por otras entusiastas, positivas y esperanzadoras, en cierta manera volver a ser como los críos, sería un paso. Nadie ha dicho que sea sencillo pero… probarlo y lograrlo debe ser la hostia. Y puestos a probar que sea algo alegre.

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