viernes, 18 de mayo de 2012

D. Summer

Nos prestan durante unos minutos su voz, nos ayudan a crear momentos y nos regalan la banda sonora para algunos recuerdos. 63 años podrían no ser nada pero también lo pueden ser todo. Toda una vida.


Frenazo a la creación artística que volvía a surgir y mirada atrás, a esos años setenta y ochenta en los que nos hizo bailar o movernos al rítmico compás de unos cubitos de hielo en vaso largo de tubo con su reconocible voz de “mezzosoprano” invitándonos a un último baile. Esta noche brillará una estrella más en el cielo. Y será un cielo de “Verano”.

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