viernes, 1 de octubre de 2010

Tony se fue...

Es curioso, cuanto menos, el mecanismo de pensar de muchos hombres. Sentimos respeto, pasión y devoción por las mujeres y aun así, de vez en cuando, caemos en algunas debilidades hacia otros hombres, nada sexual, respetando ,por supuesto, de cada cual tiene sus tendencias. No, me refiero a esa especie de admiración que nos surge ante los éxitos de un Rafa Nadal, un Pau Gasol… pero voy un poco más allá. Si bien ellos son admirados por sus logros, hasta por su humilde forma de llevar los éxitos, yo me quiero referir más bien a esos hombres por los que de vez en cuando uno se cambiaría. Yo, en ese sentido, lo tengo muy claro. Me cambiaría por un actor antes que por un deportista, no sé, tal vez más por la capacidad de aparentar poder ser en su diversidad de caracteres creíbles, que por conseguir unos premios tangibles. Como con la sensualidad en las mujeres: Más sugerir, insinuar que mostrar (Bueno, no siempre) y que la mente trabaje... Preferencias: Steve Maqueen, Paul Newman y… el tercero que también se ha ido: Tony Curtis.

No haré un glosario de sus actuaciones e interpretaciones, podría: Comedia, drama, aventuras, cine, series de televisión (Los persuasores, mítica) me limitaré a recordar tres de las películas en las que más me gustó: Houdini (1953), Con faldas y a lo loco (1959) y un peliculón: El estrangulador de Boston (1968). En esta última su personaje turba, estremece e impacta. La narrativa de la película con su original “splits secreen” (Dividir la pantalla en viñetas con varias situaciones paralelas) y ese helor facial tan diferente a sus papeles aventureros, cómicos, o de galán… le colocan directamente en la casilla de “estrellas”, justo entre Newman y Mcqueen.

Decía de si mismo que estaba hecho de celuloide y no era un cliché. Ayer se marchó Tony Curtis, debe de estar en ese podium que tengo en casa para hombres especiales. Cuando llegue lo miro…
P.d. De fondo suena Franco Battiato y su "Centro de gravedad permanente..." La vida es la hostia.



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