lunes, 15 de noviembre de 2010

Sin Agua en la que Flotar

Sé que jamás has estado en el desierto de Atacama, aun así, sé que podrías describirme hasta los árboles que allí nunca habitaron. Sé que has estado en cientos de desiertos como ése, y que no soportas la arena que se te mete en los ojos cuando se mueve en círculos por culpa del aire. Has visto ya cientos de cactus poblando los pies de tu cama y sé que sigues regándolos cada día creyendo que amanecerán eucaliptos y que serán ellos los que chuparán toda el agua del pantano. Te he visto todos los días probando a alzar la botella de agua creyendo que caerá una gota más y sólo has conseguido cegarte por el sol. No te rindas, recuerda que sólo se necesitan las alas para escapar de aquí. Y que las alas no son exclusivas para aviones, insectos y pájaros…  

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