lunes, 2 de abril de 2012

Blanco

Increíblemente blanco, sin sombras ni escondrijos extraños. Blanco como la luz fluorescente de un quirófano y como sus guantes blancos. Tan claro como la propia espera, como el espanto. Increíblemente blanco como una placa de hielo sobre el mar y como aquella vieja paloma de la paz… Increíblemente blanco como una calavera sobre fondo de bandera pirata, como la primera leche materna… El blanco y la luz se buscan bajo la cama, la luz y el miedo se repelen pero van seguidos. Increíblemente blanco como el olvido que se hace presente, más tarde llegarán la nieve, el barro, el polvo y el viento que se lo llevará todo y volverá a quedar… blanco. Increíblemente.  

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